Si el país percibe a Copei como un partido más donde sus dirigentes están en búsqueda de prebendas y cargos, se seguirá extinguiendo inevitablemente
Este régimen logró acumular poder y se prolongó en el tiempo más de la cuenta, entre otras razones, por la ausencia de organizaciones políticas fuertes capaces de articular a la sociedad en defensa de la democracia.
Para superar la crisis en el corto, mediano y largo plazo van a hacer falta partidos políticos serios y representativos que puedan interpretar el sentimiento de la gente.
El artículo 25 de la Ley de Partidos Políticos establece que los partidos tienen que obtener el uno por ciento (1 %) de los votos para seguir vigentes. El CNE ha ordenado un proceso de relegitimación para todos los partidos que no concurrieron con su tarjeta a las elecciones del 6D. Cada uno debe presentar las firmas el 0,5% de los inscritos en el registro electoral.
Esta circunstancia nos presenta a los socialcristianos la oportunidad de construir un gran movimiento político comprometido con los valores del humanismo cristiano. Una fuerza comprometida con un modelo de sociedad justo que se fundamente en la defensa y de la persona humana y en el respeto a su dignidad. Una sociedad en la que la economía, la política, la ecología, la ciencia, la educación y el gobierno estén al servicio de la gente.
Un movimiento político que impulse un modelo económico y social que libere a las personas de la dependencia, las dignifique y las haga protagonistas de su destino y que, comprometidos con los que más sufren, impulse políticas sociales que creen las condiciones para que la gente, con su propio esfuerzo, pueda salir de la pobreza dignamente.
Un liderazgo político que invite a todos a construir una visión compartida alrededor de un gran objetivo nacional: liquidar la pobreza y garantizar la inclusión para el progreso, el bienestar, y la ampliación y consolidación de la democracia.
Si el país percibe a Copei como un partido más donde sus dirigentes están en búsqueda de prebendas y cargos se seguirá extinguiendo. Si, por el contrario, presentamos un partido renovado y comprometido con valores y principios, que busca el poder no como un fin, sino como un instrumento para construir una sociedad más justa y solidaria, tenemos un espacio enorme para crecer y convertirnos en un factor que contribuya a la superación de la crisis.
Es ahí donde está nuestra fuerza, en el compromiso con los valores: con la verdad, la libertad, la dignidad de la persona humana, la justicia social, el bien común y la solidaridad.
Pedro Pablo Fernández
@PedroPabloFR