Como en su guardarropa solo hay prendas de mujer, para la foto de candidato a la Asamblea Municipal, José Agustín Hernández (Adela) tuvo que pedir prestada ropa masculina, según dice, «por un problema de respeto, no porque le hayan obligado»
CAIBARIEN, Cuba. Le llaman Adela, pero su nombre oficial es José Agustín Hernández. Se declara transexual y vive como mujer en un pueblo del centro de Cuba donde ha sido elegido delegado municipal (concejal), su «mayor victoria» contra todos los «repudios» que dice haber sufrido en sus 48 años.
En la segunda vuelta de los comicios locales celebrada este mes en Caibarién, un pueblo de la provincia central de Villa Clara, Hernández ganó por 100 puntos de ventaja el puesto de delegado a las Asambleas Municipales del Poder Popular, un caso «inédito» para un transexual de la isla según algunos activistas cubanos.
«Mis dos oponentes eran funcionarios de esa Asamblea, y yo soy de la calle, un homosexual abierto que siente como mujer desde que nació y se inyecta hormonas femeninas hace tres años», dijo a la agencia de noticias Efe Hernández, quien trabaja como técnico de electrocardiogramas en un hospital.
Travestido con tacones, blusa, argollas y maquillaje, el atuendo de mujer que habitualmente usa, explicó que su victoria en las elecciones le llena de «orgullo» y le demuestra que en Cuba ahora «hay más aceptación».
»Adela», desde niño
«Es un reto más para doblegar el dolor que llevo por dentro y que empezó con el rechazo de mi familia. Yo siempre me he impuesto a la sociedad: no querían que me vistiera de mujer, me cargaba la policía, pero yo seguía haciéndolo, y me he dado a respetar como soy», explicó.
Como en su guardarropa solo hay prendas de mujer, para la foto de candidato a la Asamblea Municipal tuvo que pedir prestada ropa masculina, según dice, «por un problema de respeto, no porque le hayan obligado».
Esta semana, en su primera reunión como delegado para informarse del presupuesto municipal, asistió vestido de hombre «para defraudarlos a todos, porque esperaban verme de mujer», comenta entre bromas.
El sobrenombre de Adela lo adquirió desde niño, cuenta, porque era el único homosexual abierto de su comunidad, ubicada en un central azucarero que se llamaba así.
En la década de los noventa, cuando comenzó a trabajar como transformista, se dio a conocer con el nombre artístico de «Lucero, la sirena del merengue», pero actualmente utiliza el de «Haila» en los escenarios porque es la cantante cubana que más imita en sus actuaciones.
Hernández, que nunca ha sido sometido a un diagnóstico especializado para confirmar su condición de transexual, vive en una humilde casa de madera adornada con pinturas de girasoles, que llama su «rancho», en un barrio marginal conocido como Aguas Indias en la periferia de Caibarién.
Sus vecinos y electores, admite, son su «familia», y con ellos tiene el «deber» de conseguir que las autoridades resuelvan al menos el problema del alumbrado público y la inundación de las calles.
«Mi comunidad me acepta como soy y ese es mi triunfo, a las cosas las llamo como son y voy a buscar justicia para ellos», indicó.
En su barrio, donde unos lo tratan de «él» y otros de «ella», la mayoría de los vecinos consultados por Efe se quejan del «olvido» de las autoridades y creen que Hernández es el delegado «correcto» porque «no tiene miedo a expresar lo que siente».
Adalberto Hernández, un campesino de Aguas Indias, asevera que fue él quien promovió la candidatura de Adela «por sus valores para luchar por los demás» y su historia como presidenta de un Comité de Defensa de la Revolución en ese «barrio insalubre» durante 28 años.
«Ojalá y sigan mi camino»
El periodista y activista Francisco Rodríguez, autor de una de las páginas web de defensa de los derechos LGTB más conocidas del país, advirtió que es «trascendente que una persona transexual sea electa en un cargo político para representación del Gobierno» y consideró este como el primer caso de su tipo que haya conocido en Cuba.
«Lo más importante es que de acuerdo a nuestras leyes, en este ejercicio electoral esta persona pudiera llegar a ser candidato al Gobierno provincial y hasta al Parlamento», subrayó a Efe Rodríguez.
Por el momento, Hernández confía en que «la sociedad cubana está más avanzada» y agradece en ese sentido al trabajo del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) que dirige Mariela Castro, hija del presidente cubano, Raúl Castro.
«Ojalá hayan más homosexuales que sigan mi camino y vayan más para arriba», señaló tras definirse como un «homosexual revolucionario que ahora representa a 500 electores».