Artículos escritos para La Voz por los profesores de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela. La responsabilidad de las opiniones emitidas en sus artículos y Notas Internacionales es de los autores y no comprometen a la institución.
Nuevos discursos
El discurso juega un papel relevante en la política, toda vez que, entre otros, define posiciones y orienta acciones. En la región se podría diseñar un mapa de tendencias de discursos predominantes y, en estos momentos, asistimos a un cambio importante del contenido, alcance y tono del discurso predominante. A finales del siglo pasado predominaba un discurso marcadamente economicista que privilegiaba, entre otros, el mercado, la apertura, el comercio y las inversiones.
Su aplicación práctica permitió importantes avances en crecimiento económico, desarrollo de infraestructura y atracción de inversiones; empero, pocos resultados en inclusión social, tema que representó una de sus mayores debilidades.
Otro de los resultados positivos del discurso economicista fue el avance en la integración económica. Con la apertura se va cerrando la rígida mentalidad nacionalista y proteccionista que predominaba. La apertura al mercado y al comercio internacional permitió la construcción de las zonas de libre comercio. Conviene recordar que en décadas anteriores no fue posible construir la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (Alalc), pues el proteccionismo se encontraba plenamente arraigado en las mentalidades, en las prácticas y en el discurso. Esos fueron los años perdidos para la integración regional.
La apertura al mercado facilitó el comercio entre los países de la región, promovió la inversión y generó empleo; empero, la agenda social y la participación no recibieron la atención adecuada, lo que estimuló un nuevo discurso muy crítico, que se identifica con el Foro de Sao Paulo. Entramos en la fase del discurso radical que sataniza el comercio, la inversión la integración, cuestiona al mercado y al capitalismo. Este discurso, aprovechando las bondades de la democracia, fue asumiendo el poder: Chávez en Venezuela, Kirchner en Argentina, Lula en Brasil, Lugo en Paraguay, Evo en Bolivia, Ortega en Nicaragua, Correa en Ecuador y la marcada influencia de los Castro desde Cuba. Otro resultado de esa visión es la ALBA.
Pero ahora la región evidencia cambios y nuevos discursos. El radicalismo no ha resultado exitoso, el poder ha enfermado a los gobernantes que han olvidado la agenda social concentrándose en el mantenimiento del poder. Buena parte de la reducción de pobreza se concentró en programas asistencialistas, que aportaba dádivas no sostenibles a los más necesitados. Se redujo hambre y pobreza, pero al disminuir los ingresos de los gobiernos se debilita el asistencialismo. La región recibió los beneficios de los precios de las materias primas y de las crecientes importaciones chinas de nuestros productos de exportación; empero, estas dos variables se están deteriorando.
En los nuevos discursos predominan las visiones de centro, se trata de equilibrar el mercado y el bienestar social. El discurso radical no avanzó en temas como: respeto a la diversidad, tolerancia, convivencia; ahora debemos avanzar en esos desafíos.
Félix G. Arellano