El pasado mes de mayo se celebró el Día de la madre y el próximo domingo está dedicado a los padres.
Aunque los hijos debemos amar, respetar y cuidar a nuestros padres todos los días, estas fechas son propicias para la reconciliación y disfrute familiar.
En las Santas Escrituras Dios nos recuerda cómo debemos comportarnos con los seres que nos dieron la vida.
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”, Éxodo 20:12.
“Todo hombre que maldijera a su padre o a su madre, de cierto morirá, quien a su padre o a su madre maldiga, su sangre será sobre él”, Levítico 20:9.
“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre y no menosprecies la dirección de tu madre, porque adorno de gracia serán a tu cabeza y collares a tu cuello”, Proverbios 1:8-9.
“Al que mira con desdén a su padre y rehúsa obedecer a su madre, que los cuervos del valle le saquen los ojos y que se lo coman vivos los buitres”, Proverbios 30:17.
Es lamentable que en la sociedad actual, los padres han pasado a segundo plano en la vida de los hijos, porque éstos han olvidado a quienes han sido utilizados por Dios para darles vida, sacrificando noches de sueños y dedicando días de trabajo y esfuerzos, para alimentarlos, educarlos, vestirlos y cuidarlos.
El amor, el respeto y el cuidado que debemos manifestarle a nuestros padres, debe ser diario e incondicional, independientemente de cómo sean y no esperar que se vayan de este mundo, para reconocer su valor e ir a llorar y llevarles flores a sus tumbas.
Comienza hoy mismo a cumplir con el único mandamiento con promesa que nos dio Dios: Honra a tu padre y a tu madre
El cristianismo no es una religión, es entregar nuestra vida a Jesucristo y aceptarlo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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