Nueve meses atrás, cuando el ejército sirio arrasó con su barrio, Mohamed se sentía desesperado por llegar a Alemania.
Ahora ansía volver a Siria porque su esposa y sus ocho hijos no pueden salir del país. Pero teme que la única forma de hacerlo sea la misma mediante la cual llegó aquí: de manera ilegal.
Mohamed, un agricultor de las afueras de Damasco, es uno de cientos, si no miles, de refugiados sirios que quieren volver a su tierra, generalmente porque no pueden traer a sus familias. En un giro irónico, sin embargo, se encuentran atrapados en Europa.
Los afganos e iraquíes que están en la misma situación reciben apoyo financiero y les facilitan el retorno a sus patrias en avión, pero el gobierno alemán y la Organización Internacional para la Migración dicen que no pueden permitir que los sirios regresen a una zona en guerra.