Tenemos que aferrarnos a defender con todo los objetivos principales de brindar un contexto humano sano, también ambientalmente
Mi condición de geógrafo me inundó de contenidos de amor por la tierra, por la Pacha Mama, sabia, fructífera, maravillosa y siempre irrespetada por nosotros los humanos. Por eso, en estos días en los que se celebra el Día del Ambiente (5 de junio) creo oportuno reflexionar sobre nuestra realidad.
Por asignación de otras funciones, mi tarea como Ministro del Ambiente tuvo que interrumpirse, pero en ese entonces conformamos un equipo interdisciplinario eficaz, con una dedicación altísima y una responsabilidad social y humana sin par. Fueron pocas semanas, sin embargo, alcanzamos a marcar pautas muy importantes para el país y el ambiente como el plan de siembra de 20 millones de árboles, que había arrancado de manera espectacular con pleno apoyo de todos los sectores y comunidades venezolanas.
Debemos retomar este y otros planes relacionados con la materia para acercarnos cada día más a los estándares marcados por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Tenemos que aferrarnos a defender con todo los objetivos principales de brindar un contexto humano sano, también ambientalmente. Motivar a las personas para que se conviertan en agentes activos del desarrollo sustentable y equitativo, promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud hacia temas ambientales y fomentar la cooperación para que el ambiente sea sostenible; pues esto garantizará que todas las naciones y personas disfruten de un futuro más próspero y seguro.
Desde el Ministerio estábamos desarrollando múltiples actividades: concentraciones en calles, conciertos ecológicos, ensayos y competencias de afiches en escuelas y colegios, plantaciones de árboles, campañas de reciclaje y de limpieza, entre otras.
Tenemos que comprender rápido que el ambiente es el conjunto de todas las cosas que nos rodean. De este obtenemos agua, comida, combustibles y materias primas que sirven para fabricar las cosas que utilizamos diariamente.
Al abusar o hacer mal uso de los recursos naturales que se obtienen del ambiente, lo ponemos en peligro y lo agotamos. El aire y el agua están contaminándose, los bosques están desapareciendo debido a los incendios y a la explotación excesiva y los animales se van extinguiendo por el exceso de la caza y de la pesca.
¡Cambiemos nuestra actitud frente al ambiente! Cuidémoslo y estaremos garantizando la felicidad de nuestros hijos y nietos.
“Al abusar o hacer mal uso de los recursos naturales que se obtienen del ambiente, lo ponemos en peligro y lo agotamos…”
Dante Rivas
aporrea.org