El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quiere ahora que el tema de la aplicación de la Carta Democrática a Venezuela, iniciativa que él lidera, quede fuera de la Asamblea General del organismo que comienza el lunes en la capital dominicana
“No forma parte de la agenda formal de la Asamblea, para ello los países tendrían que haber votado su inclusión en el temario y eso a esta altura es imposible e innecesario al haberse fijado una fecha para el 23 de junio” para debatir ese asunto en una sesión del Consejo Permanente en Washington, dijo hoy Almagro en la rueda de prensa previa a la apertura de la Asamblea General.
Almagro, que dio un paso sin precedentes el 31 de mayo al invocar la Carta Democrática contra la voluntad de Caracas y por petición de la oposición venezolana, aseguró recientemente en una entrevista con Efe que “no se entendería” que la OEA no abordase el tema regional más acuciante que está sobre la mesa, la crisis política y social de Venezuela, en su cita anual de máximo nivel a la que asistirán 27 cancilleres y altos representantes de los 34 países miembros.
Sin embargo, hoy quiso aplazar ese debate hasta la sesión extraordinaria del Consejo Permanente, que reúne a los embajadores ante la OEA en Washington, convocada para el 23 de junio a petición suya.
“Contactos informales de todo tipo probablemente haya pero eso forma parte de las dinámicas diplomáticas y definitivamente no afecta a la agenda de la Asamblea, la programación del Consejo el 23 hace que los países se preparen para abordar el tema en esa ocasión”, señaló Almagro.
“Si me preguntan dónde guardo la Carta Democrática, es en el bolsillo del lado de corazón de mi saco (chaqueta), los artículos 3 y 4 son sobre los que los países tendrán que expresarse, sobre los elementos esenciales de la democracia, como el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales y la separación de poderes”, afirmó, sacando de su chaqueta el librito azul que recoge los 28 puntos de la Carta Democrática Interamericana.
El 23 de junio los países de la OEA, todos los americanos menos Cuba, votarán por mayoría (18) si prosiguen con el proceso gradual de la Carta, que puede llevar a gestiones diplomáticas, a convocar una reunión urgente de cancilleres (24 votos de los embajadores) o, en último lugar, a suspender a Venezuela del ente (24 votos de los cancilleres).
Aunque no descarta llegar a la suspensión, lo que busca Almagro es aumentar la presión internacional sobre el Gobierno de Nicolás Maduro para que acepte el referendo revocatorio que pide la oposición, libere a los “presos políticos” y se abran canales para la ayuda humanitaria internacional.
Por el momento solo Paraguay ha dado apoyo explícito a su propuesta, pero Almagro está “muy tranquilo” y convencido de que prosperará, porque a la hora de votarla “los países van a estar del lado correcto de la historia”, según dijo la semana pasada a Efe.
El canciller dominicano, Andrés Navarro, aseguró no tener “ninguna preocupación” por que el debate sobre Venezuela vaya a desplazar al tema oficial elegido por su país, el “Fortalecimiento institucional para el desarrollo sostenible de las Américas”, al confiar “en la madurez de los países miembros y en la capacidad que ha tenido la Secretaría General y todo el equipo dominicano para el montaje de la Asamblea”.
Tras la rueda de prensa con el canciller, Almagro se reunió con seis de los candidatos opositores en las elecciones presidenciales de República Dominicana del pasado 15 de mayo, que denuncian que hubo casos de fraude en los comicios.
Por la tarde, una manifestación organizada por el movimiento social “Sí, queremos sostenibilidad” y encabezada por monseñor Victor Masalles discurrió desde el colegio Calasanz, pasando por la Cancillería, hasta el Hotel Catalonia, donde se celebró el conversatorio de Almagro con la sociedad civil, con reivindicaciones contra el aborto y en defensa de la familia.
En los pasillos del hotel, junto a la sala del evento, tuvieron lugar enfrentamientos verbales y forcejeos entre personas transgénero y activistas en contra de los derechos de la comunidad LGTB, (lesbianas, gais, bisexuales y transgéneros), que se oponían a que los transgénero entraran en el baño de mujeres.
En el conversatorio, Almagro condenó el atentado terrorista de hoy en un club homosexual de Orlando (EE.UU.) como “crimen de odio” y que dejó al menos 50 muertos.
“Toda forma, todo lenguaje discriminatorio a la comunidad LGBT lamentablemente también trae violencia muchas veces, por eso debemos ser especialmente drásticos en cortar malas prácticas al respecto. Tenemos que ser especialmente consistentes a la hora de luchar contra cualquier forma de discriminación sobre este particular”, afirmó. EFE
YM