La intérprete dará vida nuevamente a sus grandes clásicos en una de las más bellas salas de espectáculos del mundo entero el próximo 16 de julio
Después de algunos años de ausencia vuelve nuestra gran Soledad Bravo al escenario de sus grandes éxitos. Los de la canción testimonial, de la Guerra Civil Española, de la nueva canción latinoamericana. De la trova, la salsa, el jazz, el tango y la ranchera. En donde resuenan los ecos de esas maravillosas expresiones del folklore venezolano, como el Polo Margariteño, el Pajarillo verde, los Cantos de Pilón, las tonadas de Simón Díaz y de Antonio Estévez. En donde diera a conocer las sambas de Atahualpa Yupanqui, las chamarritas de Alfredo Zitarrosa, las tonadas de Violeta Parra, las canciones de Baden Powell y Chico Buarque, Caetano Veloso y Milton Nascimento. Los boleros de Bola de Nieve, de Toña La Negra, de Armando Manzaneros. Las trovadoras, como La canción del elegido y Para vivir. Las del Son Desangrado y Ojos Malignos. Las Palabras de Amor y Volver a los 17. Inmortalizadas en extraordinarias grabaciones que condensan todo un ciclo de la creación artística y musical de nuestra cultura universitaria. De la que Soledad Bravo, sin duda ninguna, es de lejos la principal e inolvidable exponente. Ícono de generaciones.
Venezolanos de todas las edades la han disfrutado en la más bella sala de espectáculos de Venezuela y una de las más bellas del mundo. La de las nubes de Calder, el arte mural de Vassarely, los vitrales de Fernand Leger y Mateo Manaure, la arquitectura del genio incomparable de Carlos Raúl Villanueva. Corazón palpitante de este patrimonio arquitectónico de la humanidad que es nuestra Universidad Central de Venezuela. Símbolo de un pueblo que, con ella, siempre ha vencido y vencerá a las sombras.
Vuelve a mostrarnos sus clásicos y sus nuevas canciones, tangos que en su voz renacen del olvido, boleros inolvidables, rancheras que impactan por la ternura o reciedumbre de su particular interpretación, cantos de amor y de lucha. Los que nos han acompañado y nos seguirán acompañando en nuestros combates por la libertad. Pues Soledad, como ícono de nuestra cultura, representa nuestros mejores anhelos y nuestras mejores aspiraciones.
Volverá a darles vida el próximo 16 de julio, cuando las puertas del Aula Magna se abran al reencuentro. Acompañada al piano por el maestro Alberto Lazo, a la guitarra por Eddy Pérez, al saxo por Pablo Gil, a la percusión por Nené Quintero, a la batería por Andrés Briceño, al bajo por Carlitos Rodríguez y como invitado especial el gran vibrafonista venezolano Alfredo Naranjo. Producción ejecutiva, José Luis Ventura, Dirección musical, Alberto Lazo. Un espectáculo inolvidable.