Luego de 4 días sin comunicarse con familiares y tras una intensa búsqueda a la que se sumaron compañeros de trabajo, el cuerpo baleado de Andrés Eduardo González, de 32 años, fue ubicado en la morgue de Bello Monte
En apenas 24 horas, fueron asesinados dos escoltas en Caracas. Una de las víctimas fue Andrés Eduardo González, de 32 años, quien prestaba servicios de guardaespaldas para el presidente del Banco Occidental de Descuento BOD. Lo mataron en el barrio San Pablito, en Antímano, la noche del pasado viernes.
El hombre vivía en Chacaíto con su esposa y sus dos hijos. El viernes llegó de su trabajo pero salió en su carro Fiat Palio sin decir hacia dónde. No llegó a dormir y todos imaginaron que se había quedado bebiendo con amigos, hasta que pasaron dos días más sin tener noticias de su paradero.
El domingo cuando se celebraba el Día del Padre, no se comunicó y la preocupación aumentó, por lo que comenzaron la búsqueda por hospitales y entre sus conocido. El lunes personal del BOD que se sumó a la búsqueda, encontró el cuerpo en la morgue de Bello Monte.
Les informaron que fue herido de bala en Antímano. Lo llevaron al Miguel Pérez Carreño donde falleció la madrugada del sábado. Su carro no aparece. Le robaron además dos teléfonos celulares, pero le dejaron la cartera con documentos.
Su madre, Yajaira Díaz, fue quien narró lo sucedido desde la morgue de Bello Monte. No saben que hacía su hijo en ese sector donde lo asesinaron. Lo recordó como un gran hombre, tranquilo. Jugaba softball y fútbol.
Falleció baleada
en el 23 de Enero
Ana Zambrano, de 43 años, murió al quedar en medio de un enfrentamiento entre delincuentes cuando llegaba a su residencia en el barrio El Observatorio, en el 23 de Enero, la noche del domingo. La víctima era ascensorista del Hospital de Clínicas Caracas y madre de cuatro hijos.
El domingo Zambrano estaba reunida con sus hijos, pero salió a visitar a una amiga. De regreso, le dio la cola uno de sus yernos que es transportista. Al bajarse en la parada, se desató un tiroteo y la víctima recibió un tiro en el abdomen.
Eran las 9:30 de la noche.
Vecinos y familiares ayudaron a levantarla para llevarla de prisa hasta el hospital de Lídice, pero ya estaba muerta. Su hija, Ana Sepúlveda, dijo que cuando se produjo el tiroteo su cuñado que es conductor de transporte público la llamó por teléfono para saber su Ana había llegado, porque el hombre alcanzó a escuchar las detonaciones. “Ese día salimos a compartir temprano porque ella es madre soltera y teníamos que darle su Día del Padre. Después salió a hacer sus diligencias”, explicó.
Los familiares de la víctima esperan que se haga justicia. Las averiguaciones las inició la División Nacional contra Homicidios del Cicpc.
AA