La conciliación es convivencia en paz en una sociedad de derecho justo
Dialogar significa conversar para llegar a entendimientos comunes, bien por mediación o por cualquiera de las vías alternas para la solución de conflictos y en definitiva llegar a la conciliación que es “convivencia en paz”.
Se dialoga entre personas o Estados inmersos en fundamentos legales, sociales, religiosos o políticos de su misma naturaleza.
De la fábula de Esopo, el sapo y el alacrán. Un día el alacrán tenía que pasar un río y le pidió al sapo que lo pasara sobre su lomo. El sapo le contestó que no lo haría porque lo mataría. Pero el alacrán, muy hábil en su diálogo, le juró que no lo haría para conciliar. El sapo aceptó, pero en medio de la travesía, el alacrán lo picó con su agujón. El sapo se sorprendió y le dijo: por qué lo hiciste, si habíamos dialogado y conciliado y ahora vamos a morir lo dos. El alacrán le contestó: lo lamento, lo hice porque es mi naturaleza.
No habrá conciliación en diálogo si no existe transigencia de la misma naturaleza. Conciliar es advenir, ponerse de acuerdo mediante el diálogo, conversando para la solución de algún problema, de puntos de vista, de entendimientos que sean comunes, pero necesariamente de su misma naturaleza. Es así que no puede pedirse al olmo que dé peras ni a un cañaveral mangos.
En política, existen profundas divergencias entre el comunismo y la democracia, en sus exactos conceptos y fines. El comunismo niega la propiedad privada, propicia el odio de clases, es estatista y de revolución permanente. La democracia auspicia el libre desenvolvimiento de la personalidad, de pensamiento y evolución permanente. El socialismo marxista-comunista es estático y tiránico.
La democracia social es perfectible y no debe ser capitalista, neoliberal, salvaje. Pero siempre habrá posibilidades para dialogar y conciliar en sus más amplios fines de bien común, seguridad y justicia en un Estado de Derecho Justo para el ideal social y me remito al diálogo y la conciliación de Gorbachov en la Rusia del comunismo stalinista férreo con su célebre frase: “Más socialismo y más democracia”, lo que en definitiva es la justocracia. “Más allá del comunismo y más allá de la democracia”.
Es sumamente difícil el diálogo para la conciliación política entre el comunismo y la democracia, por no ser de su misma naturaleza, salvo que deje a un lado la expresión marxista de que “el fin justifica los medios” y la democracia aborrezca al capitalismo salvaje. Marx, en 1848, desdeñó del socialismo por evolución de Robert Owen en 1836, como socialismo utópico, porque el ideal social debía buscarse mediante la revolución permanente, concentrando todo en el Estado poderoso, para al final destruir al Estado y construir una sociedad comunitaria y proletaria: el Estado Comunal.
Solamente la democracia capitalista y el socialismo marxista han tenido un denominador común: el abuso del poder y la corrupción, pero no nos revolquemos en el charquero, sino caminemos buscando la moral y ética del día siguiente. En este sentido, la posición doctrinaria del socialismo marxista-comunista nunca variará por mediación y diálogo para conciliar, por lo que deberá irse a la conciencia de los mismos marxistas, a la gente, como lo hizo Gorbachov para convivir no en las diferencias sino en lo que se unen para la paz conciliable en el Estado de Derecho Justo.
“Se dialoga entre personas o Estados inmersos en fundamentos legales, sociales, religiosos o políticos de su misma naturaleza…”
Cesáreo José Espinal Vásquez
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