El 2 de julio del 2015 fue declarada culpable y condenada a nueve años de prisión por ocho cargos de infanticidio
Dominique Cottrez pasó a los archivos criminales de Francia como la mayor infanticida de ese país. Enfermera de profesión, tuvo dos hijas y no quiso volver a pasar por la experiencia de criar más niños, por lo que decidió matarlos al nacer.
El horror comenzó a destaparse el sábado 24 de julio del 2010. Parecía una apacible mañana de jardinería en una vivienda unifamiliar de la localidad francesa de Villers-au-Tertre. Una pareja que acababa de comprar el chalé se disponía a plantar un árbol cerca del porche, pero al abrir el primer agujero encontraron dos bolsas de plástico con restos humanos de bebés.
Superado el espanto inicial, los nuevos propietarios llamaron a la policía y de inmediato varias patrullas se acercaron a la vivienda. Los agentes constataron que lo que había en la bolsa eran los restos mortales de dos recién nacidos e iniciaron una investigación para esclarecer los hechos.
Ocho bebés
La vivienda había pertenecido a un matrimonio de ancianos que habían fallecido hacía varios años, pero pronto dieron con la heredera de aquel inmueble, Dominique Cottrez, que vivía muy cerca de allí. Dominique Cottrez tiene 47 años y es la esposa de uno de los concejales de la localidad, Pierre-Marie Cottrez, que además es carpintero.
Fueron a verla a su casa y allí encontrarían lo que nunca hubieran imaginado, una mujer que había sido capaz de asesinar a varios de sus hijos y que lo iba a empezar a confesar todo sin el más mínimo arrepentimiento. Según la infanticida, los asesinatos los había cometido entre 1989 y 2006.
Ante la policía relató que la propiedad donde la otra pareja había encontrado la bolsa con restos humanos era una antigua casa de sus padres y que esos huesos pertenecían a dos de sus hijos y que además, tenía a otros seis bebés enterrados en el garaje de su casa y en el campo.
La policía comenzó la búsqueda de los otros cadáveres con la ayuda de varios perros especializados y finalmente los localizaron, envueltos también en bolsas de basura. Con el hallazgo de aquellos restos pensaron que había acabado todo, pero Dominique confesó que quizás habían cuatro cadáveres más, porque con el paso del tiempo había perdido la cuenta y no lo recordaba bien.
El marido de Cottrez, Pierre-Marie Cottrez, sobre el que se cernía originalmente la sospecha de estar al corriente del presunto infanticidio, ha sido puesto en libertad sin cargos, en calidad de testigo asistido, una figura jurídica entre el simple testigo y el imputado.
Los investigadores consideran que no se dio cuenta de que su mujer, a quien se describe como de fuerte corpulencia, se quedó embarazada ocho veces, asesinó a los bebés recién nacidos y escondió a los cadáveres en bolsas de plástico. Su abogado explicó que el hombre está en shock, pues se ha enterado de todo a raíz de la detención y de la declaración de su esposa.
Dominique, quien es enfermera de profesión, dijo que tenía dos hijas mayores y que incluso tenía nietos, pero que tras los primeros alumbramientos se negó a volver a pasar por lo mismo. No quería criar a más niños porque se había quedado traumatizada y por ese motivo decidió que los siguientes que tuviera los asfixiaría al nacer.
Tras aquella declaración se le preguntó por qué no había acudido a médicos para evitar los embarazos y por qué no había tomado precauciones para no quedar embarazada. Ella manifestó que no creía en los médicos porque no habían sido capaces de ayudarla en sus dos primeros partos.
El 2 de julio del 2015 Cottrez fue declarada culpable y condenada a nueve años de prisión por ocho cargos de infanticidio. Estos asesinatos horrorizaron a todos los habitantes de Villers-au-Tertre y se puede decir que a toda Francia. Villers-au-Tertre es un pueblo de tan solo 620 habitantes, gran parte de quienes describen a Dominique y a su marido como gente buena y discreta. Los vecinos quedaron muy conmocionados, compartiendo todos ellos la consternación e incredulidad por lo sucedido.
Las personas cercanas a Dominique la veían como a una mujer muy sonriente, amable y gentil, no comprenden lo que ha podido pasar y creen que seguramente había mucho sufrimiento detrás de estos asesinatos. Quienes trabajaban con ella, la consideraban una buena ayudante, muy apreciada por las personas a las que cuidaba y por sus compañeros.
Tras los hechos, Dominique Cottrez se ha convertido en la mayor infanticida de la historia de Francia. Anteriormente, en 1984, una pareja fue condenada al sur de París por haber ahogado y enterrado a siete recién nacidos. Más recientemente, en marzo del 2011, una mujer confesó que mató a seis hijos y escondió sus cuerpos en una bodega de su casa, en el noroeste de esta nación, por lo que Cottrez, tras haber reconocido el asesinato de sus ocho hijos, ha superado los crímenes anteriores.
Mujer aliviada
Dominique Cottrez, la mujer que ha reconocido haber asfixiado a sus ocho bebés en Villers-au-Tertre, al norte de Francia, se siente aliviada después de que haya salido a la luz su macabro secreto, guardado durante 20 años. Así lo manifestó su abogado, Frank Berton, quien acotó que su defendida se someterá a diversas pruebas psicológicas y psiquiátricas para determinar si se la puede responsabilizar de sus acciones y ha indicado que la fiscalía se ha precipitado al considerar que Cottrez sabía lo que hacía.