Hay que desmontar la falacia de que en la era democrática los pobres comían alimentos para animales; pues resulta que la perrarina y los alimentos de gatos eran más costosas que la carne, los huevos, el pollo
Maduro, tenemos hambre. No es, ni se ha creado esa frase para combatir a este oprobioso régimen de falsedades y de engaño, que es tan malo que no cabe duda que pasó a ser un gobierno protervo.
En algunos casos es que no hay alimentos básicos para comprarlos, en otros casos es que el dinero que ganan los venezolanos no alcanza ni para realizar un buen desayuno.
Esa es la gran verdad de esta patria, una vez bendita y hoy socavada por la corrupción, la incapacidad, la falsedad y todo aquello que nos acerca más al infierno que al cielo.
Es por ello que más del 80 % de los venezolanos le rogamos al Señor del Universo que nos quite esta imprecación de encima y nos perdone si alguna vez hicimos mal al prójimo.
Realmente, como decíamos en nuestra época de juventud, “se acabó el pan de piquito”, frase que popularizó, nuevamente, nuestro querido colega y buen amigo, ya fallecido, Oscar Yánez, refrán popular venezolano que nos dice que todo se ha perdido.
Sin embargo, estos incapaces no nos han podido robar nuestros sueños y nuestras esperanzas, sabemos que no hay alimentos por falta de dinero y no hay dinero o bien porque se lo robaron o lo regalaron a gobiernos que chuleaban a nuestro país.
Pero, afortunadamente, mucho de ellos se han dado cuenta del desbarajuste que hoy vive Venezuela y que ha ocasionado muertes por la falta de alimentos, medicamentos y de todo lo necesario para que una nación viva con dignidad y votaron en contra del gobierno de Maduro en la OEA en el porcentaje de 20 a 12.
Desmotemos la falacia de que en la era democrática los pobres comían alimentos para animales, resulta que la perrarina y los alimentos de gatos eran más costosas que la carne, los huevos, el pollo, etc. Pero de lo que sí estamos seguros es que si hoy encontramos perrarina, alimentos de gatos u otros animales, los compraríamos para nuestra dieta básica y nos los comeríamos, ya que tenemos hambre y no hay con qué alimentarnos ni pueden cubrimos nuestras necesidades alimenticias.
“Tenemos mucha hambre, no tenemos comida y mucho menos un gobierno que se ocupe de nosotros”, es el clamor de muchas madres y padres que consultamos para saber hasta qué nivel el hambre está socavando nuestra sociedad a todos los niveles, exceptuando por supuesto a los boliburgueses y enchufados del actual régimen.
No contento con esas declaraciones sobre el hambre nos dirigimos a visitar varias escuelas de la región capital con el fin de conocer más a fondo la realidad de esa hambre que hoy nos lleva hacia la desnutrición de nuestros hijos y con todos los males que eso conlleva; y nos quedamos sorprendidos de las declaraciones reogidas en unos diez planteles visitados, ya que son muchos los niños que llegan al plantel sin haber probado bocado alguno y afirman que hay días que solo pueden comerse una arepita solamente.
Asombrados visitamos diez fábricas y hablamos con obreros (a), muchos de ellos hacían notar que son chavistas, pero que Maduro los está matando de hambre y que hay días que no comen por dejarle el alimento a sus hijos y a pesar que algunas veces tienen dinero para comprar, no consiguen nada y deben acudir a los bachaqueros, que tiene de todo, y el dinero se les acaba pronto.
Esa es la realidad y la forma de gobernar de este malvado régimen, que no se da cuenta que el hambre es el camino a la desesperación y la desesperación traerá consecuencia lamentables. Maduro, las comida y los medicamentos son las necesidades de nuestro pueblo; si no puede darle al pueblo lo que el pueblo necesita renuncia y deje que otros solucionen tan delicado problema.
Salomón Benshimol R
sbenshimol@yahoo.com