Quizás muchos han olvidado los más de tres mil muertos y desaparecidos de la democracia representativa de Acción Democrática y Copei. Poca memoria para tanto asesinato, miseria y represión
El argumento que siempre se usa para atacar al gobierno venezolano es la situación de los derechos humanos en el país. Los agentes del imperio usan cualquier tribuna para hacer denuncias infundadas. Lanzan al mundo campañas de desprestigio y encienden alarmas falsas para perjudicar a la nación venezolana. Desde la llegada del comandante Chávez y la revolución bolivariana, el tratamiento que se le ha dado a este tema es de respeto. La Carta Magna aprobada en 1999 los incluyó de manera amplia y detallada. Hasta entonces, los gobiernos de la cuarta república los violentaron como mejor les pareció.
Quizás muchos han olvidado los más de tres mil muertos y desaparecidos de la democracia representativa de Acción Democrática y Copei. Poca memoria para tanto asesinato, miseria y represión. Claro está que para quienes fueron cómplices o manejan un pensamiento fascista siempre será justificada la actuación de los cuerpos represivos.
Algunos de los gobiernos que tanto critican a Venezuela y le siguen el juego a Almagro son represores por excelencia. Miran a sus vecinos, se suman a las campañas de desprestigio, mientras en sus territorios se violan los Derechos Humanos. Basta con revisar las noticias para notar el daño que le hacen a sus ciudadanos o a quien ose criticarlos. Los maestros mexicanos, por ejemplo, son víctimas del Estado terrorista que les gobierna. Cuando la policía disuelve un bloqueo o manifestación, usa armas letales. Ataca a los maestros con todo el arsenal de fuego que posee; no hay entonces conmiseración, piedad ni respeto por los DDHH.
Estados Unidos, al igual que sus lacayos, invade cada vez que le provoca países a los que considera sus enemigos. Siempre con la excusa de defender la democracia en el mundo. Millones de muertos, desplazados y desaparecidos tiene EE.UU. con su siniestra actuación de policía del mundo.
Los derechos humanos son asunto de quienes respetan a los ciudadanos por encima de ideologías, razas, credos, pensamiento. La felicidad está cimentada en el ejercicio de la democracia y el respeto al ser humano.
«La Carta Magna aprobada en 1999 incluyó los DDHH de manera amplia y detallada. Hasta entonces, los gobiernos de la cuarta república los violentaron como mejor les pareció…»
José Gregorio González Márquez
caminoisaltair@hotmail.com