José Edicto Alejos Sevilla, de 25 años, vivía con su esposa y sus dos hijos menores. Era segundo de cuatro hermanos, pertenecía al Comando Regional 5 y estaba en comisión de servicio en la fundación Movimiento por la Paz y la Vida, con sede en el Palacio de Miraflores
El sargento primero de la Guardia Nacional Bolivariana, José Edicto Alejos Sevilla (25) fue asesinado el lunes en la noche cuando llegaba a su residencia en el bloque 35 de la Ciudad Socialista Tiuna, ubicada en terrenos del Fuerte Tiuna.
Alejos vivía con su esposa y sus dos hijos menores. Era segundo de cuatro hermanos, pertenecía al Comando Regional 5 y estaba en comisión de servicio en la fundación Movimiento por la Paz y la Vida, con sede en el Palacio de Miraflores.
Había llamado a su esposa para avisarle que estaba llegando, ella lo observó desde la ventana cuando estacionó su moto KLR e ingresó al edificio. A los pocos segundos se escucharon las detonaciones. Una vecina le avisó a la esposa que Alejos Sevilla yacía tirado en el ascensor.
El bloque 35 es conocido en Ciudad Tiuna como “El Rodeo” y a otras edificaciones de esa ciudad socialista las llaman por nombres de otros centros carcelarios como PGV y Tocorón.
Con Alejos suman 77 los funcionarios policiales y militares asesinados en lo que va de año en La Gran Caracas.
Cliente mató a encargado
de charcutería en La Vega
Jair Antonio Araque Materano, de 32 años, estaba encargado de una charcutería familiar en la calle El Rosario, de La Vega y un cliente molesto porque aseguraba que le habían cobrado de más lo mató de un tiro en la espalda tras discutir con los empleados.
El lunes a las 4 de la tarde, el comprador, de aproximadamente 50 años, adquirió productos por 3.500 bolívares y cuando le dieron el ticket de pago reclamó que lo habían engañado con el peso.
El dependiente le pesó tres veces la compra, pero el hombre insistía en reclamar que lo estaban “robando con el peso”. Araque salió con un cepillo para lavar el camión y preguntó ¿qué le pasa a este loco? Y el hombre indignado se fue contra el acusándolo de apadrinar a los empleados.
Araque le dio con el cepillo, el hombre le disparó en la espalda y se fue en su camioneta con su compra que pagó con tarjeta, por lo que está plenamente identificado.
En la otra charcutería familiar ubicada a pocos metros estaba el concuñado de Jair, Glendys Solís, quien vino a auxiliarlo.
-Se me desplomó, lo llevé a la clínica Loira, pero no aguantó la operación.
Jair era de Monay, estado Trujillo, de donde vino a trabajar hace 7 meses en el negocio de su cuñado. El lunes estaba preparándose para viajar porque su hijo mayor pasaba a primer año de bachillerato. Dejó un niño de 12 años, otro de 6 y el tercero de 4.
-Esta violencia es producto de la situación del país, todo el mundo anda armado y por cualquier circunstancia le quitan la vida a cualquiera, dijo Solís.
AA