¿Cómo está tu vida?. ¿Está dando fruto o está como un árbol seco?. ¿Qué ejemplo le estás dando a tus padres, tus hermanos, tu cónyuge, tus hijos, tus amigos, tus vecinos o tus compañeros de trabajo?. Y sobre todo ¿Qué está viendo Dios en ti?.
Y no me refiero a tu vida personal, profesional o familiar, aunque estas también son sumamente importantes y también Dios las toma en cuenta, pero en esta ocasión la pregunta está dirigida a tu vida espiritual.
En la Epístola a los Gálatas, versículos 22 y 24 del capítulo 5, el Apóstol Pablo dice la siguiente: “Más el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza”.
Es importante destacar que no se trata de varios frutos, sino de uno solo que tiene todas esas características y es de nuestro espíritu que se habla no del Espíritu Santo; además de ser las características que Jesucristo demostró durante su vida terrenal y sigue manifestándolas hacia quienes lo hemos recibido, como nuestro Señor y Salvador personal.
Sabemos que la vida diaria nos enfrenta a situaciones donde salen a relucir nuestras debilidades carnales y estas son totalmente opuestas a las virtudes que mencionamos en el párrafo anterior.
Pero si el Espíritu Santo está en nosotros, podemos recibir su guía y ayuda para superar cualquier dificultad, sin que caigamos en la desobediencia a Dios y sobretodo que podamos dar un buen ejemplo.
Jesucristo dijo. “Yo soy la vida verdadera y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto, separados de mí, nada pueden hacer”, versículo 5, capítulo15 del evangelio de Juan.
El cristianismo no es una religión, es entregar nuestra vida a Jesucristo y aceptarlo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde.
Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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