La trágica muerte de Darwin Marín, de 26 años, en medio de un asalto de los antisociales, ocurrió frente a sus hijas en una calle del barrio Simón Bolívar en la parte alta de parroquia La Vega
Darwin Marín, albañil, de 26 años, fue tiroteado, golpeado y aún con vida lo prendieron en llamas tras rociarle gasolina, en el barrio Simón Bolívar, parte alta de La Vega.
El miércoles a las 7 de la noche, Marín salió de la casa de su padrastro para dirigirse a la suya en el mismo barrio. A menos de media cuadra fue interceptado por ocho hombres que arremetieron contra el y además le robaron sus pertenencias.
Sus familiares se dieron cuenta de lo que ocurría, pero no intervinieron por miedo a los pistoleros. Una vez que estos se retiraron salieron a tratar de apagar el fuego que consumía el cuerpo del albañil, de la cintura hacia abajo. Sus hijas sufrieron quemaduras leves en las manos tratando de auxiliarlo, pero el hombre murió irremediablemente. Dejó cuatro hijos huérfanos, de 3 a 14 años.
Denuncian exceso
policial en Cota 905
Familiares de Jesús Alberto García (21) denunciarán en la Fiscalía que funcionarios del Cicpc irrumpieron en su vivienda, ubicada en la calle 17 de Diciembre de la Cota 905, le quitaron la vida y simularon un enfrentamiento.
Señalaron que todos estaban durmiendo a las 4 de la madrugada, derribaron la puerta, sacaron sin ropas a mujeres y niños para la calle y dejaron a García en un cuarto.
Ellos escucharon los tiros, dicen que el hombre no estaba armado y lo mataron arrodillado.
Investigan la muerte
de neonato en el HCU
Funcionarios de la subdelegación del Cicpc de Santa Mónica y la Fiscalía General investigan las circunstancias en las cuales murió un neonato en el Hospital Universitario de Caracas.
Estefany Itriago y su esposo Douglas García, atendieron las recomendaciones de varias personas y viajaron desde Valle Guanape, estado Anzoátegui, para que su primer hijo naciera en el HUC, porque era el que tenía “la mejor sala neonatal de todo el país”.
Tomaron muchas precauciones porque el bebé venía con una malformación congénita (atresia duodenal) y debía ser intervenido, pero su paso por el referido centro asistencial fue de “tortura y tratos inhumanos”, dijo Estefany.
El bebé nació el 19 de junio, y la operación para corregir la malformación fue retrasada durante diez días por falta de insumos. Luego de la primera intervención tuvieron que operarlo a los cuatro días porque se le abrió la sutura ya que era de mala calidad. Hubo una tercera operación y les dijeron que “esta sutura si es de buena calidad”.
En la sala de neonatos hay insalubridad. Al bebé lo bañaban con agua fría en un lavamanos. En el drenaje gástrico de la criatura encontraron gusanos, una sepsia generalizada se apoderó del frágil cuerpecito y el 19 de julio murió.
Estefany dijo que veía el vientre distendido de su hijito, le notificaba a la doctora, y ella le decía “son solo gases”. La realidad era que las heces se le habían regado por todo el vientre. Del caso están notificados la Defensoría del Pueblo,
Comisión de Salud de la Asamblea Nacional, Vicepresidencia de la República, directivos del HUC y otras autoridades.
El cuerpecito fue llevado a la morgue, donde le practicaron la autopsia.
AA