Científicos de Taiwán del Laboratorio Nacional de Investigación Aplicada (Narl, por sus siglas en inglés), inventaron un nanochip que ayuda a detectar gases, productos tóxicos y a los conductores ebrios.
Esto ayudará a prevenir explosiones, accidentes y envenenamientos. Este invento es tan pequeño que puede integrarse en los dispositivos móviles.
Los antecedentes que se registraron de envenenamiento por monóxido de carbono en Taiwán durante 2014 son muy elevados y fue un incentivo para crear este chip.
El nanochip es más pequeño que un grano de arroz y puede resistir hasta 250 grados centígrados y usa diferentes metales para así dar con el contenido de diferentes tipos de gases.
El laboratorio Narl, planea usar esta tecnología para los fabricantes para la producción de módulos y así usarlo normalmente en los teléfonos inteligentes.