Homenaje póstumo (I)
Inocente Carreño nace en Porlamar, estado Nueva Esparta, el, 28 de diciembre de 1919, y fallece en la ciudad de Caracas el 29 de junio de 2016. Fue un músico, compositor y educador venezolano. El destacado compositor venezolano es el último de los discípulos de la Escuela Nacionalista de Composición del maestro Vicente Emilio Sojo, cuya carrera musical es extensa y de carácter nacionalista.
Infancia y estudios
Es criado por su abuela, estudia música con el maestro de bandas Lino Gutiérrez y toca con su banda a la edad de nueve años. En 1932 se radica en Caracas con su hermano Francisco (1910-1964), notable especialista del folklore y trabaja con él en una zapatería. Participa en los movimientos intelectuales de su época, toca la guitarra con sus dos hermanas, arregla y compone mucha música popular; joropos, merengues, valses, rumbas, tangos, boleros.
Es alumno del maestro Sojo, el hombre que tuvo mayor influencia en su vida, en la Escuela de Música y Declamación. Aprende la trompeta con Federico Williams, se incorpora al Orfeón Lamas como cantante y a la Orquesta Sinfónica de Venezuela como cornista y trompetista. En 1940 empieza una carrera de docente, y compone con más frecuencia en el estilo clásico. Tras obtener su diploma, en 1946, dicta clases en varias escuelas, se casa en 1950 y compone en 1954. Es el responsable de la musicalidad del himno de la Universidad de Oriente, Acercaos Juventud. En 1970 funda la escuela Prudencio Esaá y es elegido a la Cámara del Senado, se desempeña como Ministro Consejero ante la Unesco, en París, y es nombrado director de la Escuela Superior de Música de Caracas en 1989.
La música
Su obra musical es extensa y de carácter nacionalista. Ha escrito para orquesta cuatro Oberturas Sinfónicas, Suite para orquesta de cuerdas, Sinfonía Satírica, Elegía para orquesta de cuerdas. Asimismo: poemas sinfónicos; numerosas canciones para voz y orquesta; música de cámara:un quinteto para oboe, flauta, clarinete, trompa y fagot; dos cuartetos de cuerdas; piezas para flauta y piano; piezas para piano (valses); y para guitarra (las dos Suites).
Premios
Primer Premio del Ministerio de Comunicaciones, 1946, por su canción De ti yo quiero hablar. Primer lugar en el Premio Oficial de Música Vocal, 1948, por su canción Azul. Primer Premio en el Concurso de Composición Vicente Emilio Sojo, por cuatro años consecutivos: 1955, por su obra Suite Sinfónica.; 1956, por su Obertura No.1; 1957, por Aguas crecidas, para tenor y orquesta; 1958, por Concierto para trompa y orquesta. Primer Premio a la Mejor Canción Venezolana, 1959, otorgado por Pro Venezuela, por Amor mi buen amor. Premio Nacional de Música, 1961, por Obertura Sinfónica. Premio Oficial de Música, 1963, por Cuatro canciones románticas y un poema de ausencia. Premio Nacional de Música Coral, 1965, por En mar inquieto.
Premio Nacional para Obras Corales 1970, por el tríptico Tu nombre, Novia de abril y Eternidad del canto. Premio Junta Estadal del Bicentenario del estado Yaracuy 1983, por su canción Doliente amada. Premio Nacional de Música 1965 por Sinfonietta Satírica. Premio Juan Vicente Lecuna, 1969, por Diafanidad y Cabellera nocturna. Premio Nacional de Música para Obras Corales 1972, por Canto a Jesucristo. Premio Nacional de Composición 1983, por Estudio Sinfónico. Premio Nacional de Música 1989, por trayectoria musical.
El 14 de noviembre de 2014, en el Centro Social para la música de Caracas, la Sinfónica Juvenil Teresa Carreño de Venezuela y la Coral Nacional Juvenil Simón Bolívar, bajo la dirección del maestro Alfredo Rúgeles, realizaron el estreno mundial de «El convidado del Niño Jesús”, ópera en un acto compuesta en 1995, basada en un cuento de José Rafael Pocaterra. En esta obra se escucharon las voces de la soprano Dorian Lefebre y del tenor Gilberto Bermúdez.
Sus obras
Para orquesta: la más conocida es Margariteña, glosa sinfónica. Carreño concibe esta obra como un homenaje a su tierra natal. El tema principal se inspira en la canción folklórica Margarita es una lágrima, expuesto inicialmente por los violonchelos y luego retomado por la orquesta. Otros temas folklóricos son expuestos a lo largo de la obra, como el Canto del pilón, el Canto de velorio y el tema de Los Tiguitiguitos. La utilización de temas tradicionales se desarrolla en un marco técnico impresionista, lo que coloca a esta obra dentro de las grandes exponentes del Nacionalismo Musical Venezolano. Fue estrenada el 25 de noviembre de 1954 por la Orquesta Sinfónica Venezuela, bajo la dirección de su autor. La partitura fue editada por el Instituto Latinoamericano de Estudios Musicales Vicente Emilio Sojo en 1984.