Con México -campeón defensor- y Argentina muy disminuidos, Brasil y su astro Neymar podrían encontrarse un camino sin piedras para ganar el oro olímpico en el fútbol de los Juegos de Río de Janeiro-2016, una puerta a la redención después de la humillación sufrida en el Mundial-2014.
Brasil pretende saldar la vergonzosa deuda de la Copa del Mundo con la obtención del único título que le falta en su rico palmarés, y aunque para la ‘torcida’ el valor no es el mismo, el oro olímpico se ha convertido para ese país en una cuestión de honor.
La seleçao decidió encomendarse a Neymar para llegar a la final en el Maracaná el 20 de agosto, y su técnico, Rogério Micale, no tuvo ningún problema en declararse «neymar-dependiente» para lograr el sueño dorado.
«Espero poder volver al Maracaná y marcar el gol de la victoria, ayudar con un pase, quién sabe (…) Sea lo que sea, que seamos campeones», advirtió el astro, subcampeón olímpico en Londres-2012, donde Brasil cayó 2-1 en la final ante México.
«Es extraño que un país como Brasil, considerado la tierra del fútbol, no haya ganado este oro», agregó el crack del Barcelona, tercero en la premiación del Balón de Oro de la FIFA en 2015.