El grupo EI afirmó que “el atentado de este lunes mediante el estallido de un cinturón de explosivos en una reunión de empleados, fue perpetrado por uno de sus miembros”, según la agencia Amaq, órgano de propaganda de la organización yihadista
Un atacante suicida mató a por lo menos 70 personas y dejó casi un centenar de heridos al inmolarse el lunes cerca de una reunión de abogados paquistaníes en un hospital público de la ciudad de Quetta, en el suroeste de Pakistán, dijo la policía.
Horas después y en un comunicado, la organización extremista Jamaat-ul-Ahrar, una facción del Talibán, se responsabilizó del atentado y también del asesinato del conocido abogado Bilal Kasi. La atribución del grupo radical no pudo verificarse de forma independiente.
Cuando ocurrió el atentado, casi un centenar de abogados habían llegado al hospital, ubicado en el centro de Quetta, la capital de la provincia de Baluchistan, porque ahí había sido trasladado el cuerpo del abogado Kasi.
Kasi falleció por disparos de un pistolero cuando se dirigía a su oficina antes el lunes, y los abogados acudieron después al hospital para mostrar su dolor. Él era uno de los abogados más críticos en la provincia y era popular por buscar siempre mejoras para la comunidad de abogados de la comunidad.
«Fue un ataque suicida», dijo Zahoor Ahmed Afridi, oficial de la policía paquistaní. El agresor se inmoló poco después de la llegada del cuerpo de Kasi al centro, apuntó señalando que parecía que los dos incidentes estaban relacionados.
Abdul Rehman, director del Hospital Civil, dijo que murieron 70 personas, y la mayoría eran abogados. Además estaban atendiendo a 92 heridos. También perecieron dos periodistas que trabajaban para medios paquistaníes.
Uno de los sobrevivientes describió una escena horrible, con «cuerpos por todas partes» tras la explosión. Waliur Rehman llevaba a su padre enfermo a la zona de urgencias cuando la bomba hizo temblar el edificio.
La explosión fue tan potente que los dos cayeron al suelo, agregó.
Cuando alzó la vista, vio cadáveres y a los heridos llorando para pedir ayuda, recordó Rehman, que estaba a unos 200 metros de donde se inmoló el suicida.
Otro testigo, el letrado Abdul Latif, dijo que había ido al hospital para mostrar su pesar por el asesinato de Kasi sin saber que, al poco de su llegada, «vería los cuerpos de decenas de abogados más» muertos y heridos.
Sanaullah Zehri, máximo responsable político en la provincia de Baluchistan, declaró que tanto el ataque suicida como la muerte de Kasi parecían formar parte de un complot para perturbar la paz en la ciudad.
Sarfraz Bugti, ministro de Interior de la región, calificó el ataque como un «acto de terrorismo». Un canal de noticias paquistaní dijo que uno de sus cámaras murió en el ataque.
AP