Con perros entrenados y pala en mano, cientos de soldados y rescatistas buscaban este lunes más víctimas entre los derrumbes que ocasionaron los remanentes de la extinta tormenta tropical Earl en el centro-este de México, donde al menos 41 personas fallecieron y centenares acudieron a refugios.
La zona más afectada fue la sierra norte del estado de Puebla, donde el cielo permanece con espesas nubes grises y los deslaves son aún visibles en las carreteras.
Hasta el momento se han hallado 29 muertos -al menos 15 de ellos menores de edad- en esta zona, donde varias casas quedaron sepultadas por deslaves y unas 500 familias fueron evacuadas a albergues, según autoridades locales.
Unos 600 policías, soldados, bomberos y rescatistas peinaban la zona, concentrando sus fuerzas en en Huauchinango.
«Allí, este fin de semana se presentó la mayor precipitación de agua de la que se tenga registro, 265,5 milímetros acumulados en 24 horas. Es decir, casi la totalidad de precipitaciones de todo un mes en una sola noche», dijo el secretario general de gobierno de Puebla, Diódoro Carrasco.
«Equipos caninos estatales y del gobierno de la República están en la búsqueda de desaparecidos», precisó el gobernador, Rafael Moreno, tras un recorrido en la zona el domingo.
Las lluvias torrenciales también causaron derrumbes en carreteras de Puebla, dejaron dos puentes colapsados sobre el río Necaxa y cortes intermitentes de energía eléctrica en algunas comunidades, detalló su gobierno.
Earl, que llegó a ser huracán categoría 1 -de las 5 que contempla la escala Saffir-Simpson- llegó a México el jueves por Tabasco (sur) ya como tormenta tropical, tras perder fuerza al tocar las costas de Belice el jueves.
El fenómeno meteorológico también afectó las montañas de Coscomatepec, Tequila y Huayacocotla, en el vecino estado de Veracruz.
En ese estado, más de 11.000 personas fueron afectadas por Earl y 2.262 casas dañadas en 32 municipios, con 18 poblados de la zona sur y centro del estado incomunicados debido al desborde de ríos y afluentes.
AFP