Un conjunto de 15 países de la Organización de Estados Americanos (OEA) llamaron este jueves a Venezuela a cumplir «sin demoras» las etapas de un referendo que podría revocar el mandato del presidente Nicolás Maduro.
«Hacemos un llamado a las autoridades venezolanas para que garanticen el ejercicio de los derechos constitucionales del pueblo venezolano y a la vez, se cumplan de manera clara, cierta y sin demora las etapas restantes para la realización del referendo revocatorio presidencial», señalan en un comunicado conjunto.
De esa forma se podrá «contribuir a resolver de forma pronta y efectiva las actuales dificultades, políticas, sociales y económicas en ese país», añade la nota.
La declaración de los países ocurre después que la cabeza del poder electoral venezolano anunció un calendario que llevaría a la realización de un referendo en 2017, y no este año como pretende la oposición.
Aunque no estaba en el orden del día del Consejo Permanente de la OEA, en Washington, el comunicado fue leído por la delegación de Canadá casi al termino de la sesión, lo que originó un debate en el que Venezuela denunció un gesto «antidiplomático».
Argentina, Belice, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Estados Unidos y Uruguay suscribieron la nota.
En la lista estaban ausentes Ecuador, Nicaragua y Bolivia, férreos aliados de Venezuela.
Los países firmantes también reimpulsaron el llamado a un diálogo entre el gobierno de Maduro y la oposición, luego que tibios intentos de una mediación conducida por tres expresidentes se estrellaron en las últimas semanas.
«Instamos al gobierno de Venezuela y a la oposición a concretar a la brevedad un dialogo franco y efectivo, de manera directa o con apoyo de facilitadores, que permita encontrar soluciones duraderas en un clima de paz y respeto mutuo», se lee en la nota.
Gesto «antidiplomático»
El embajador argentino, Juan José Arcuri, dijo que el documento responde a la preocupación del grupo de esos 15 países luego del fracaso de las tentativas de diálogo entre gobierno y oposición, fijadas en una declaración de la OEA del 1 de junio pasado.
Pero el representante venezolano, Bernardo Álvarez, denunció la iniciativa señalando que sus colegas actuaron a «espaldas de Venezuela», en lo que catalogó como un gesto «antidiplomático».
Según Álvarez, existe «una obsesión de estar atacando y metiéndose en los asuntos internos de Venezuela», y advirtió que si los asuntos internos de todos los países se ventilaran en el organismo hemisférico se estaría «abriendo una caja de Pandora muy peligrosa».
La discusión reavivó las divisiones en el seno de la OEA respecto a Venezuela, donde el presidente Maduro enfrenta el descontento de una población que sufre por una escasez de alimentos y medicinas que alcanza el 80%, y una inflación que fue de 180,9% en 2015.
En ese escenario, la oposición empuja por la realización del revocatorio antes del 10 de enero de 2017, pues si Maduro pierde habrá elecciones. Pero si se celebra después y el gobernante es revocado, será reemplazado por su vicepresidente.
El grupo de 15 países habían votado el 23 de junio a favor de escuchar un demoledor informe del secretario general, Luis Almagro, en el que el excanciller uruguayo afirmó que Venezuela atraviesa «una grave alteración del orden constitucional» y democrático.
Almagro, que no se pronunció sobre el comunicado pero retuiteó un vínculo al documento, recibirá el viernes al diputado opositor venezolano, Luis Florido, presidente de la Comisión de Política Exterior del Parlamento (de mayoría opositora).
AFP