QUÉ TAL CONTERTULIO. No causó sorpresa y si la causó fue a los ingenuos, la decisión del Consejo Nacional electoral en lo referente al referendo revocatorio. Las “comadres”, como las identifica Ramos Allup, no guardaron -ni guardarán- las formas.
Es un abuso, un irrespeto, no a la MUD, no a la oposición, entendiéndola como los partidos políticos adversarios al gobierno, sino al pueblo, al soberano que está pidiendo a gritos un cambio de gobierno para que cambie el statu quo, el estado de cosas que nos acogota a todos los venezolanos, opositores y chavistas de base que desearan seguir con Maduro pero que cambie el modelo político y económico.
Las comadres de marras, en la voz cantante de Tibisay Lucena hablan de 90 días luego de la recolección del 20%, pero como término, o sea, que habría que contar desde la votación del 20% 90 días para que se dé el revocatorio pero no explicaron esos 90 como un lapso.
En procesos administrativos o jurídicos se habla de lapsos procesales (el revocatorio es un proceso) si alguien introduce una demanda ante un tribunal, suponiendo que es civil, la parte demandada al darse por citada tiene 15 días para contestar dicha demanda o ir a cuestiones previas, esto es, que la demanda la puede contestar al primer día, al cuarto, al décimo a al décimo quinto.
Esto es un lapso de tiempo; no es lo mismo que cuando dice el Código de Procedimiento Civil al tercer día de despacho, lo que si sería un término.
Si un juez dice que se contestará la demanda justamente el décimo quinto día, estaría denegando justicia al demandante.
Esto es lo que están haciendo las rectoras del CNE, entrabando el proceso revocatorio y por ende denegando justicia, denegando un derecho constitucional. Los lapsos dan para que el referendo revocatorio se sufrague este año, pero el país, la gente, el pueblo, Venezuela entera, tiene que presionar para lograrlo.
A la dictadura perezjimenista no la tumbaron los militares, la actuación de ellos fue una consecuencia, un efecto de varios factores que se fueron ensamblando, como la pastoral de Monseñor Arias Blanco el 1° de mayo de 1957, el plebiscito que realizó Marcos Pérez Jiménez el diciembre del 57, el paro de transporte y de trabajadores a comienzos de enero de 1958, el manifiesto de los intelectuales y el trabajo de hormiguita de la Junta Patriótica.
Una presión de país, pues. Esta presión está latente en Venezuela y se manifestará con toda su fuerza de olla ídem el próximo 1° de septiembre. Se trata del país, de los venezolanos, de los hombres del mañana que van a tener problemas de intelecto por la falta de proteínas.
*** GUSTAVO PEREIRA es un poeta y abogado anzoatiguense cuya característica más resaltante es su honestidad.
Hace mucho tiempo, recién graduado de abogado, dejó de ejercer la profesión por el entorno de corrupción que encontró en los tribunales de Barcelona y se dedicó a la docencia en la Universidad de Oriente (UDO).
Lo conozco porque fue mi profesor de Educación Social Moral y Cívica en el liceo Tomás Alfaro Calatrava de Puerto La Cruz, una hermana suya Aída Marina, fue compañera de estudios; su padre Benito Pereira, fue miembro del PCV, toda esa familia, incluyendo a Gustavo eran -o son- militantes del PCV, de la época dura vivida por el Partido Comnista de Vdenezuela; es tanto así, que Alfredo Maneiro cuando bajaba de las guerrillas se escondía en la casa de los Pereira.
Ahora, me llama la atención sobremanera que aparezca Gustavo en una propaganda oficialista haciendo loas al gobierno “revolucionario”. La honestidad de Gustavo Pereira, tanto material, como intelectual, es como la de Oscar Bataglini, quien fue también chavista, como la de Soto Rojas y la del desaparecido Pedro Ortega Díaz, que no se pone en duda, pero verlo y oírlo en ese papel de defensor del “proceso”, da cosa, como diría el doctor Chapatín. Chao amigos.
Adolfredo José Carrillo
@adolfredocarril; ajcarrillo23@hotmail.com