El ingeniero Luis Negrín, de reconocida trayectoria profesional, además de consecuente generador de opinión sobre el acontecer político y gremial, se dirigió a las oficinas de La Voz para denunciar lo que considera un acoso por parte de personas que dicen pertenecer a colectivos afectos al Gobierno Nacional, quienes han rayado las paredes de su residencia en Caracas, han rayado su camioneta cuando se encuentra en Barlovento y le han hecho constantes amenazas de muerte y de secuestro, a él y sus familiares, si continúa declarando a la prensa con sus alertas y denuncias sobre la situación de los profesionales venezolanos.
«He sido amenazado en reiteradas oportunidades, a través de mensajes de texto, correos electrónicos y llamadas de personas que cuestionan mis declaraciones a la prensa. Lo más preocupante es que me han enviado imágenes de la fachada del colegio donde estudia mi hija, imágenes de cuerpos humanos desmembrados y han hecho un grafiti en el edificio donde vivo: «sabemos que aquí en el apto xxx vive el sapo». He hecho algunas maniobras defensivas básicas como cambiar de número telefónico, bloquear llamadas desconocidas, darme de baja en redes sociales y dejar de ir a Río Chico», dijo.
Agregó además Negrí que «cuando cambié el número de mi celular, comenzaron a llamar a mi hijo y amenazarlo de muerte. A los días disponían de mi nuevo número y esa facilidad de acceder a datos y registros en empresas privadas de telefonía me hace suponer la intervención de elementos policiales. Hoy vivimos el terror de la reacción de los colectivos, totalmente desproporcionada, ya que algunas de mis declaraciones a la prensa han sido inocuas, por ser la narrativa de situaciones gremiales obvias, de aceptación universal y ajenas a sesgos ideológicos. Por ejemplo, he dicho que los profesionales no tenemos garantía de futuro próspero en un hábitat infectado por la inseguridad, la escasez, la inflación y la desinversión en todas las áreas”, sentencia Negrín, quien es reiterativo al manifestar su preocupación por lo que pueda sucederle a él y a su familia.
Finalmente, agrega el ingeniero Negrín que no considera un delito denunciar la existencia de cientos de profesionales desempleados en Barlovento ni la precariedad y pobreza material, que tiende a la “crisis humanitaria”, en la que hemos incursionado debido a la vorágine inflacionaria, por lo cual hace un llamado al Colegio de Ingenieros de Venezuela, a la Asamblea Nacional y a la Fiscalía General de la Republica, para que tomen nota del asunto.
LV