Carlos Raúl Guaraco, formador de varios peloteros en el 23 de Enero, se ejercitaba haciendo barras al aire libre, cuando fue sorprendido por un sujeto que le disparó por la espalda, en el sector El Manguito de Los Flores. Rumbo al hospital, ya moribundo, pudo susurrar el apodo del criminal que le quitó la vida
En la calle El Manguito de los Flores de Catia, al oeste de Caracas, se produjo este lunes el asesinato del entrenador de beisbol, Carlos Raúl Guaraco (32), cuando como cada tarde se ejercitaba haciendo barras al aire libre. El homicida lo sorprendió de espaldas y empuñando un arma de fuego, le disparó.
Carlos Guacaro se desplomó sobre el pavimento sin emitir una reacción distinta a la de pedir ayuda. Un vecino lo alzó en brazos para subirlo al vehículo en el que fue llevado al hospital. En el camino sólo le escuchan susurrar el nombre de su asesino, un sujeto conocido como “Arley”, quien le cobró con la vida, diferencias del pasado.
Yender Ariza, hermano del deportista dijo conmovido que ese hombre había amenazado de muerte a su hermano, por una discusión “tonta” que tuvieron cuando jóvenes, pero que fue sembrando en esa mente el odio que desencadenó en una desgracia.
Hace apenas siete meses, Carlos Guaraco, decidió denunciarlo ante el Cicpc, pero “los policías no hicieron absolutamente nada”, dijo su hermano en un vano esfuerzo por contener el llanto. “Esto nunca debió pasar, que en este país maten a una persona porque una simple discusión”, dijo.
Según el relato de testigos, el asesino llegó sólo conduciendo una moto, pero tomó al hombre por sorpresa en el sitio donde cada tarde se sentaba a hacer barras. Luego de dispararle huyó y no ha sido capturado por la policía.
El entrenador deportivo tuvo una breve trayectoria en la pelota. Estuvo cerca de ser firmado por los Azulejos de Toronto en año 98. También ingresó en la academia de los Cardenales de Lara, pero no concretó su participación en la temporada regular de la LVBP.
Una vez abandonó su desempeño en la pelota, se dedicó a entrenar a nuevos prospectos en el estadio Chato candela, en el 23 de Enero y en el MOP de Propatria. Su hermano dijo estar consternado por la forma en que le cegaron la vida a un hombre deportista que estaba formando las generaciones de relevo de la pelota venezolana. “El estaba dedicado a entrenar a muchos jóvenes. Ya 5 o 6 de ellos, habían sido formados y actualmente algunos juegan con el Caracas, mientras que otros están en las academias”, comentó.
AA