Al menos 38 personas murieron en Siria en una serie de atentados en territorio controlado por el gobierno, según dijeron el lunes medios estatales.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo de monitoreo con sede en Gran Bretaña que mantiene una red de contactos en el país, manejaba una cifra de 47 muertos. Las cifras dispares de víctimas son habituales en la guerra en Siria.
La agencia de noticias SANA informó de explosiones en la ciudad costera de Tartus, la ciudad central de Homs, los suburbios de la capital, Damasco, y en la localidad nororiental de Hasakeh.
Al menos 30 personas murieron a la entrada de Tartus, un bastión del gobierno, donde los agresores detonaron dos bombas junto a la autopista costera internacional, señaló SANA. Un auto bomba golpeó el puente de Arzoneh y después un suicida se inmoló entre la multitud reunida en el lugar. La ciudad, un baluarte de apoyo al presidente Bashar Assad, acoge una importante base naval rusa.
El Observatorio indicó que las dos explosiones habían dejado 35 muertos, incluido un coronel del Ejército, y decenas de heridos.
AP