La resurrección de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, fue el hecho que selló la verdad de su deidad y la promesa del perdón de los pecados, de salvación y vida eterna, para los seres humanos, que crean y lo reciban en sus vidas como su único Dios.
Jesucristo mismo lo anunció cuando estuvo en la tierra y así lo podemos leer en el evangelio de Mateo, capítulo 16 versículo 21: “Desde entonces comenzó Jesús a advertir a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas a manos de los sacerdotes y de los maestros de la ley y que era necesario que lo mataran y que al tercer día resucitaría”.
También en la Epístola a los Romanos, capítulo 4, versículo 25 Pablo habla de ese tema señalando: “Él fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación”.
Otro texto bíblico sobre la resurrección de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo lo podemos encontrar en la Primera Epístola a los Corintios, capítulo 15 versículos 3 al 6: “…..que Cristo murió por nuestros pecados conforme a las Escrituras y que fue sepultado y que resucitó al tercer día conforme a las Escrituras y que apareció a Pedro y después a los doce, después apareció a más de quinientos hermanos a la vez….”.
La historia de la humanidad está llena de hombres y mujeres que murieron por una causa o por un ideal y continúan muertos, pero Nuestro Señor y Salvador Jesucristo fu el único que murió por los pecados de todos los seres humanos y resucitó de entre los muertos y está a la diestra del Padre Santísimo, demostrando que es Dios en forma de hombre.
El cristianismo no es una religión, es entregar nuestra vida a Jesucristo y aceptarlo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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