La tragedia campesina cometida en el estado Apure en el año 1988, llega a la gran pantalla y se muestra en el exterior
La masacre de El amparo, población del estado Apure, que impactó a los venezolanos el 29 de octubre de 1988, primero llegó al teatro por la obra Sobrevivientes (29/10/88) de Karin Valecillos y ahora es la ópera prima del cineasta Rober Calzadilla, la cual será estrenada este 15 de septiembre en la sección Horizontes Latinos, del AFI Latin American Film Festival en Washington, que se realizará hasta el 24 de septiembre.
Este es el primer largometraje producido por Tumbarrancho Films y Películas Prescindibles. El guion de Karin Valecillos es una adaptación de su obra teatral inspirada en los hechos sucedidos en El Amparo, en octubre de 1988, texto que fue representado anteriormente.
El Amparo es una producción de Marianella Illas y Rubén Sierra, quienes tienen varios años posicionando proyectos venezolanos en los mercados y festivales más importantes del mundo. En la película destacan las actuaciones de Giovanny García, Vicente Quintero, Samantha Castillo, Rossana Hernández, Aura Rivas, Pancho Salazar, Luis Domingo González, Vicente Peña, Jesús Carreño, Tatiana Mabo, Patrizia Fusco, Dixon Dacosta, Ángel Pájaro, Jesús Delgado, Diego Guerrero, Roso Arcia, Sainma Rada.
La misma fue filmada en El Yagual, estado Apure y contó con el apoyo y la participación activa de sus pobladores, quienes también actúan en el film. La dirección de fotografía es de Michell Rivas, la edición de Gustavo Rondón y Mariana Rodríguez, la dirección de Arte de Matías Tikas y en el sonido Francisco Toro y Marcos Salaverría, recientemente galardonado con el Premio Platino por su trabajo en El abrazo de la serpiente.
El Amparo compite en la mencionada categoría junto a películas que vienen de pasar por los más importantes festivales de cine del mundo, como Venezia, Cannes, Sundance y Locarno, siendo considerada entre las propuestas más selectas del cine latinoamericano para este año.
El guion
La escritora Karin Valecillos explica que la creación del guion fue un trabajo arduo en conjunto con el director Rober Calzadilla. “Al plantearnos adaptarla al cine se nos presentaron dos retos: encontrar un punto de vista desde el cual contar la historia y desprendernos del hecho real, ya que nuestra intención desde el principio era abordarlo desde la ficción. El guion consumió un año y medio de elaboración hasta llegar a una versión de rodaje. Tuvimos la asesoría de la guionista y directora uruguaya Laura Santullo, quien al estar distanciada del suceso, nos dio claves para encontrar el asidero de la historia, que son los dos personajes principales”.
Dos sobrevivientes
–¿Qué se salvó o que se agregó del texto teatral?
–Del texto teatral se mantiene la importancia de la voz de los dos sobrevivientes como anclas de la historia. También conservamos la cronología de las acciones, es decir, lo que sucede antes y apenas unos días después de la masacre. Al hacer la adaptación al cine aparecieron los demás pescadores, el pueblo, las mujeres. Esto enriqueció la historia, pues entiendes a estos personajes en toda su dimensión, al saber de dónde vienen, qué ganan, qué pueden perder. La película nos permitió desarrollar las relaciones entre los personajes principales y las fuerzas antagónicas representadas en el Estado, ver la vulnerabilidad del hombre ante el poder. Quizás se pierde una parte de la carga poética que tenía el texto teatral, pero gana en carne y piel.
–-¿Cómo se hizo el rodaje?
–El rodaje se realizó en El Yagual, estado Apure. Los actores principales se trasladaron un mes antes del inicio de rodaje para un proceso de inmersión. Una vez que llega el equipo, fueron dos meses de trabajo intenso, todo el equipo técnico y artístico se quedó en casas de la gente del pueblo, quienes se integraron a la película, no solo participando en el proceso de producción, sino también como actores. Fue una experiencia difícil, pues el llano es un territorio contradictorio, con una belleza natural avasallante, pero también con unas condiciones extremas. El rodaje fue un reto para todos, para el equipo de producción, encabezado por Marianela Illas y Rubén Sierra, quienes pudieron llevar a buen fin un proceso complejo pero de gran aprendizaje para todos.
–¿Cómo se ensayó el rodaje?
–Los ensayos se dividieron en dos etapas. La primera, que se realizó en el Ateneo de Caracas, fue un trabajo de exploración actoral para crear un lenguaje grupal a la hora de plantearse ejercicios, escenas, improvisaciones. La segunda etapa o inmersión se realizó ya en El Yagual. Allí, los actores convivieron con la gente del pueblo, se dedicaron a las faenas cotidianas. En el caso de los hombres, acompañaron a los pescadores en su trabajo. El objetivo final era fundir al actor en el paisaje y que no existiera una diferencia evidente entre los actores y los no actores.
–¿Qué pasó con el montaje o post producción?
–La edición estuvo a cargo de Gustavo Rondón, quien trabajó directamente con el director, para encontrar las claves de la película. Como en todo proceso de edición, se sacrifican escenas para lograr el ritmo y el tono de la historia. El resultado nos enorgullece, pues es la película que queríamos contar.
Jazmines en el Lídice
–¿Y su otra película, basada en su obra Jazmines en el Lídice?
–El año pasado se rodó Jazmines, la versión cinematográfica de mi Jazmines en el Lídice. El director es Rubén Sierra y la productora es Marianella Illas, ambos productores de El Amparo. Jazmines se encuentra en proceso de postproducción y se espera que en el 2017 entré en el recorrido por festivales.
E.A. Moreno-Uribe
emorenouribe@gmail.com