La fuerza organizativa de nuestro pueblo ha avanzado en la construcción de soluciones a los grandes desafíos económicos que tenemos por delante y comienzan a verse los resultados en el inicio de las cosechas de hortalizas, maíz, arroz y próximamente café
Elías Jaua Milano
Una pregunta comienza a recorrer el mundo: ¿qué tiene el pueblo venezolano que los poderes del mundo no pueden con él? Tal vez la repuesta sea que llevamos en nuestra conciencia el patrimonio histórico de ser herederos y herederas de los libertadores y libertadoras de toda Suramérica, y que de ese legado hemos sacado, en nuestro tiempo, la resolución de volver a ser libres y nunca más colonia de nadie.
Este septiembre de 2016, en medio de las grandes dificultades que nos toca enfrentar, nos pusimos de pie en las calles, ganando todas las contiendas a favor de la paz; y cosechamos hasta ahora 6 medallas y 21 diplomas olímpicos en los Juegos Paralímpicos, nuestra mejor actuación en este evento deportivo mundial.
Igualmente, la fuerza organizativa de nuestro pueblo ha avanzado en la construcción de soluciones a los grandes desafíos económicos que tenemos por delante y comienzan a verse los resultados en el inicio de las cosechas de hortalizas, maíz, arroz y próximamente café.
Contra los vientos y mareas imperiales, se está desarrollando exitosamente la Cumbre de países del Movimiento de los No Alineados (Mnoal), en nuestra Isla de Margarita, y Venezuela ya preside el bloque de 120 países, el más grande e influyente en el seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU), coincidiendo además con nuestra membresía en el Consejo de Seguridad y en el de Derechos Humanos de las misma instancia internacional.
Este posicionamiento nacional en el contexto mundial, gracias a la correcta política internacional diseñada y desarrollada por nuestro comandante Chávez, nos permite derrotar los intentos de aislamiento promovido por la contrarrevolución nacional y foránea, fortalecer nuestra independencia política y seguir ampliado la cooperación internacional en materia agrícola, industrial, de medicamentos y de tecnología en general, que contribuya al esfuerzo principal que nos ocupa hoy día, acelerar el desarrollo del modelo económico productivo socialista, para poder recuperar y ampliar la producción de bienes y servicios que satisfagan plenamente las necesidades de nuestro pueblo.
Esta buena brisa de septiembre, tiene el mérito de haberse abierto paso en medio de los nubarrones que la contra patria, expresada en la dirección de la MUD, ha puesto en el horizonte.
Afortunadamente, como dicen nuestros Diablos Danzantes, el bien sigue venciendo al mal, y los resultados para los partidos de la burguesía no pueden ser peor, desmoralización de sus bases, profunda e irreversible división entre sus dirigentes, incapacidad para desarrollar ninguna política, que no sea la de la amenaza permanente de violencia y de la promoción de la intervención extranjera. Allá ellos.
Nosotros y nosotras, los y las que sentimos profundamente el orgullo de ser venezolanos y venezolanas, seguiremos haciendo un sublime aliento para recuperar la estabilidad política y económica a favor de nuestro pueblo y exclamando por siempre, desde lo más profundo del alma: ¡viva Venezuela!