Tras la victoria del pueblo el 6 de diciembre, la cúpula corrupta decidió utilizar la burocracia y la represión para mantenerse en el poder a pesar de ya no tener apoyo popular
“De allí venimos: de la confrontación intestina, que nos hacía ineficientes frente al drama real de los venezolanos. Así estamos ahora: unidos, cohesionados, con una estrategia que privilegia el drama social de las mayorías como razón básica para el cambio… En este proceso, todos los logros pertenecen al pueblo venezolano que ha exigido Unidad, y a las direcciones partidistas que han tenido la madurez para responder positivamente a esa exigencia. ¡Pa’lante!”
De dónde venimos
Así culminó nuestra columna publicada hace un año, exactamente el domingo 27 de septiembre de 2015, titulada “Desde el barrio la Unidad rinde cuentas al país”. ¿Por qué “rendir cuentas”? Porque estaba cumpliendo entonces un año de haber sido designado Secretario Ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, por decisión unánime de los partidos que la integran. ¿Por qué “desde el barrio”? Porque allí vivo y lucho, porque ese es mi espacio natural de activismo y convivencia.
Así como fuimos exactos al señalar el estado de delicada fragilidad en que se encontraba la Unidad -y la esperanza opositora- en septiembre de 2014, cuando nos fue encomendada esta responsabilidad, los hechos demostraron que fuimos igualmente veraces al afirmar en septiembre de 2015 que estábamos ya “venciendo ampliamente al régimen, en las encuestas y en la calle”: en efecto, tres meses y dos semanas después estábamos arrasando al régimen en las elecciones parlamentarias, obteniendo dos terceras partes de la Asamblea Nacional e iniciando con ese resultado contundente la transición a la democracia que hoy se encuentra en un momento álgido.
Hoy, doce meses después, al cumplir ya dos años al frente de esta responsabilidad, nuevamente nos dirijimos al país, a todos los venezolanos, no solo para rendir cuenta de lo luchado y lo logrado, de lo no logrado y lo aprendido, sino también para señalar con precisión los retos del futuro inmediato, y lo que entre todos estamos haciendo para enfrentarlos con el exitoso resultado que el país necesita, espera y merece.
Del 6D 2015 al 1S 2016
Tras la victoria del pueblo el 6 de diciembre, la cúpula corrupta decidió utilizar la burocracia y la represión para mantenerse en el poder a pesar de ya no tener apoyo popular. El 23 de diciembre, la moribunda legislatura presidida aún por Diosdado Cabello modificó la composición del Tribunal Supremo de Justicia; el 5 de enero, la nueva Asamblea Nacional tomó posesión tras vencer en la calle la violencia de grupos irregulares oficialistas y de algunos efectivos militares, en realidad muy pocos, que actuaron como militantes gobierneros. Posteriormente, el Gobierno emite un “Decreto de Emergencia Económica”, suerte de “Ley Habilitante” disfrazada que aplica pese a no tener la aprobación legislativa que exige la Constitución, amparada en la alcahuetería judicial que le garantiza el control partidista del TSJ.
Desde entonces, el Poder Legislativo electo por el pueblo soberano ha estado bajo tres cercos simultáneos: el de los grupos paramilitares maduristas mal llamados “colectivos”, que han agredido a parlamentarios, periodistas y transeúntes; el de los agentes judiciales del oficialismo, que desde la Sala Constitucional del TSJ se han especializado en emitir sentencias para bloquear la misión que la Constitución asigna al Parlamento, que es legislar y controlar la gestión del Poder Ejecutivo; y el del Gobierno mismo, que en su afán por asfixiar y anular la representación popular ha llegado al extremo de negar a la AN el dinero necesario para su funcionamiento: en el momento en que usted está leyendo esta columna, los diputados cumplen tres quincenas sin cobrar sus sueldos, lo que les impide movilizarse, asistir a las sesiones de la cámara y cumplir las tareas que el pueblo con su voto les asignó.
El RR arrinconó al régimen
Ante esta actitud del régimen que, pese a la demanda de cambio del país, decide atrincherarse en la violencia institucional y física para aferrarse al poder, la Unidad decide apelar a la fuente originaria de toda legitimidad: La voz del pueblo soberano. Para ello, el día de 9 de marzo, la MUD solicita formalmente al CNE convocar al Referendo Revocatorio contra quien ocupa la Presidencia de la República. El 27 de Abril recolectamos más de dos millones de firmas avalando esa solicitud. Del 20 al 24 de junio, más de 400 mil venezolanos validaron sus firmas, superando ampliamente el caprichoso requisito del 1 % y venciendo todas las trampas y obstáculos colocados por el PSUV-CNE para impedirlo.
Desde entonces, la burocracia electoral roja ha estado dando largas al derecho del pueblo consagrado en el artículo 72 de la Carta Magna (“Todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables. Transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria, un número no menor de veinte por ciento de los electores o electoras inscritos en la correspondiente circunscripción podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato…”). Conscientes de que ocho de cada diez venezolanos quieren a Maduro y al PSUV fuera del poder, han obstaculizado y retardado la consulta popular, que es un derecho constitucional. Así, hasta que un millón cien mil personas tomaron el primero de septiembre las calles de Caracas, en paz y por la paz, exigiendo de manera contundente la activación del Referendo Revocatorio 2016. Fue entonces y solo entonces cuando los agentes electorales del régimen se movieron, y -con la vergüenza de quien sabe que está irrespetando la Constitución y defraudando al pueblo- no se atrevieron a declarar ni a emitir un comunicado oficial, sino que enviaron una nota de prensa convocando la recolección del 20 % del registro electoral que la Constitución establece como requisito para la convocatoria del RR… pero estableciendo para ello unas condiciones restrictivas, ilegales e inconstitucionales.
Este lunes habla el país
El pueblo democrático venezolano ni avalará condiciones inconstitucionales, ni abandonará la lucha por el RR2016, ni se va a dividir. Nosotros vamos a hacer en octubre, noviembre y diciembre de 2016 lo mismo que hicimos en diciembre de 2015: derrotar a la cúpula ventajista y corrupta con la fuerza, la organización y la movilización del pueblo. Este lunes 26 de septiembre de 2016, en acto público, la MUD, acompañada de los gremios, los sindicatos, los empresarios, los líderes de los barrios, los trabajadores de la cultura, los profesionales, los desempleados, las amas de casa, los padres de familia, todos juntos, vamos a decirle al mundo cómo vamos a revocar el hambre, la falta de medicinas, las mafias oficiales y el poder de los pranes. Este lunes habla el país. ¡El cambio ya viene, y nada lo detiene! ¡Pa’lante!
«La burocracia electoral roja ha estado dando largas al derecho del pueblo consagrado en el artículo 72 de la Carta Magna…»
Jesús Chúo Torrealba