La autopsia practicada al cadáver de Karina Alejandra Higuera, de 31 años, reveló que la joven murió por un edema cerebral, cuando presuntamente un médico de 85 años de edad, cometió un error al momento en que le aplicaba la anestesia para ser sometida a una liposucción
Karina Alejandra Sánchez Higuera, de 31 años de edad, analista de personal de la Alcaldía de Caracas, murió este martes en una clínica clandestina que funciona en el apartamento 21, del edificio Itaca, en la avenida principal de Las Mercedes, cuando era sometida a una cirugía estética para la extracción de grasa localizada, conocida como liposucción.
El fiscal 61 del AMC, Serbio Hernández, fue designado para dirigir las investigaciones por la muerte por presunta mala praxis. Este miércoles, los fiscales acompañados por funcionarios de la División contra Homicidios del Cicpc, realizaron una visita domiciliaria en la clínica, en busca de evidencias relacionadas con el caso.
Así mismo, fueron trasladados a la morgue, esposados y a manos de una comisión del Cicpc, el médico anestesiólogo Luis Alberto La Cruz, quien funge como propietario de la clínica y el cirujano Carlos Alberto Zambrano, quienes fueron detenidos para determinar su responsabilidad en el hecho.
La autopsia practicada al cadáver reveló que la joven murió por un edema cerebral, cuando presuntamente un médico de 85 años de edad, cometió un error al momento en que le aplicaba la anestesia.
Karina Sánchez llegó a la clínica San Felipe a las 7:30 de la mañana del martes y una hora más tarde fue ingresada al quirófano. La acompañaba su cuñada, quien comenzó a notar que algo extraño sucedía, cuando a eso de las 10:00 de la mañana, los médicos le pidieron la evaluación preoperatoria de la paciente, que nunca revisaron antes de la intervención.
Un hermano de la víctima, de nombre Iván Sánchez, dijo que cuando llegó al centro con los exámenes de su hermana, casi al mediodía, el dueño de la clínica le dijo que debían buscar una ambulancia porque la joven había tenido una reacción adversa durante la operación. “A mí me parecía todo muy extraño. Incluso llame a mi mamá por teléfono y le pregunte si era normal que Karina tuviera 5 horas anestesiada”, comentó.
La sospecha de joven fue mayor, cuando el mismo galeno le pidió firmar un informe en el que lo hacía responsable de la salida de su hermana de la clínica, a lo que se negó rotundamente porque no sabía cuál era su estado. “El me dijo que había llevarla a La Arboleda para hacerle una tomografía porque no reaccionaba y está un poco hinchada. Ahí supe que estaba mal y comencé a llamar a toda mi familia, hasta a mi primo que es petejota”, comentó.
Cuando la ambulancia llegó al centro médico en busca de la paciente, los paramédicos ingresaron y casi al instante salieron de nuevo con la camilla vacía. “Cuando el novio de mi hermana le preguntó que sucedía, le dijeron que ellos no podían trasladarla, porque ellos no trasladaban cadáveres y mi hermana estaba muerta”, contó Iván Sánchez.
La joven era soletera, segunda de 3 hermanos y residía en Montalbán con su familia. Según sus deudos, quien la llevó a esa clínica fue una amiga que se había practicado dos cirugías – de mamas y liposucción- en el mismo centro. Ella aceptó seducida por el bajo costo de la intervención.
Segundo caso
La muerte de Karina Sánchez, no es el primer caso de muerte por presunta mala praxis que enfrenta la clínica San Felipe. El pasado 13 de julio, otra mujer, identificada como Carolina Sánchez, de 33 años de edad, falleció cuando le practicaban una liposucción, por la que había cancelado la suma de 9 mil Bs.
Al ser consultado al respecto, el alcalde de Baruta, Gerardo Blyde, dijo que ese despacho le había limitado el funcionamiento del permiso de habitabilidad que entrega la Ingeniería Municipal, a la clínica, para que funcionaran únicamente como consultorio médico porque no tiene las condiciones para hacer intervenciones quirúrgicas. Blyde lamentó la muerte de Karina Sánchez e hizo un llamado al Ministerio de Salud para que verifique la permisología de la clínica.
AA