El cadáver del clérigo José Alfredo López Guillén fue encontrado en un área llamada Las Guayabas sobre la carretera entre Puruándiro y Zináparo, señaló la Procuraduría de Justicia de Michoacán en un comunicado
Un sacerdote fue hallado muerto a tiros al costado de una carretera en el occidente de México días después de que fuera secuestrado de su residencia parroquial, informaron procuradores de justicia del estado de Michoacán.
Se trata del tercer sacerdote de la Iglesia católica que es asesinado en México en la última semana.
El clérigo José Alfredo López Guillén fue encontrado el sábado en la noche en un área llamada Las Guayabas sobre la carretera entre Puruándiro y Zináparo, señaló la Procuraduría de Justicia de Michoacán en un comunicado.
López fue secuestrado el lunes, el mismo día que las autoridades en el estado de Veracruz, en el litoral del Golfo de México, encontraron los cadáveres de dos sacerdotes que habían sido secuestrados de su casa parroquial el día previo. También fueron muertos a balazos.
Con sus fallecimientos aumentó a cuando menos 31 el número de sacerdotes asesinados en México desde 2006.
En una autopsia se determinó que López murió aproximadamente cinco días antes de que su cadáver fuera descubierto, indicó la procuraduría de justicia estatal.
La Arquidiócesis de Morelia anunció el secuestro de López hasta el jueves, y el cardenal Alberto Suárez Inda, que encabeza dicha arquidiócesis, suplicó en un mensaje en video que fuera liberado ileso. Su automóvil fue hallado el martes destrozado.
La arquidiócesis reportó el domingo el asesinato de López a través de sus cuentas en las redes sociales y pidió a las autoridades que resuelvan el caso. Dijo que lamenta estos actos violentos y la inseguridad en el estado, y agregó que espera que las autoridades resuelvan el caso.
La procuraduría de justicia señaló que comenzó a buscar al sacerdote el miércoles después de que un familiar reportó su desaparición.
Según el comunicado de la agencia judicial, López fue visto por última vez el lunes en la noche cuando realizó un pedido de cuatro porciones de comida que llegaron a las 9:30 p.m. a la iglesia ubicada en Janamuato. Ese mismo día, el sacerdote envió un mensaje a una mujer que le cocinaba diciéndole que no necesitaba que fuera a trabajar el martes, agregó el comunicado.
Cuando su secretaria no vio a López el martes, se pensó que estaba visitando a su familia, se añade en el texto. Pero cuando no se presentó el miércoles, se habló por teléfono a los hermanos del sacerdote para consultarlos sobre su paradero. Encontraron su vivienda cerrada, pero había objetos esparcidos en el piso y dos vehículos habían desaparecido.
Nadie recibió una exigencia de rescate por la liberación de López, se afirma en el comunicado.