Esos soldados nacieron de las entrañas del pueblo venezolano, porque han sido los únicos que han estado siempre presentes en las filas de nuestras fuerzas armadas
Por los vientos que soplan en la oposición, se puede apreciar que, las intenciones en las que están montados en esos momentos, es en tratar de convertir a los militares venezolanos – poseedores de una tradición gloriosa como pocos tienen en el mundo- en gorilas, muy similares a aquellos que en el sur de este continente generaron las dictaduras feroces que desaparecieron a miles de personas.
Afortunadamente, las escuelas de la hoy Universidad Militar Bolivariana, han estado aceptando –desde muchas décadas atrás- a catires de ojos azules, personas de piel negra aunque no esclavos, morenos de pelo ensortijado, indios cobrizos de cabello liso y los más representativos venezolanos de esa gran variación de personas de color marrón nacidos en este país.
Por allí escuché a un presunto dirigente de uno de esos partidos con tendencia al derechismo radical y mentiroso, quien decía que los militares no pueden estar perdiendo su tiempo en esas actividades como los ha puesto el presidente Maduro.
Ese elitesco señor todavía no se ha dado cuenta -¿lo habrá conocido alguna vez?- en qué lugar de la sociedad nacieron nuestros soldados y acompañaron a Simón Bolívar y a otros reales líderes independentistas. Esos soldados nacieron de las entrañas del pueblo venezolano, porque han sido los únicos que han estado siempre presentes en las filas de nuestras fuerzas armadas.
Habría que da a conocer las estadísticas sobre cuántos hombres provenientes de las clases altas, hijos de ricos burgueses han formado parte de los equipos militares que viven en los cuarteles, hacen filas cada mañana e intervienen en los más diversos momentos de la vida militar.
Me atrevería decir que, quizá pocos de los diputados de la oposición derechista venezolana han hecho el servicio militar, porque quienes lo han hecho toda la vida y exponen sus vidas siempre son los nacidos en el seno de la sociedad, los que habitan los barrios de las diversas parroquias nacionales.
Nuestros militares no son los que quieren los sujetos de la derecha venezolana. Y si antes algunos fueron manipulados los militares de la revolución bolivariana, hijos del comandante Hugo Chávez, no caen en esos juegos satánicos. No es que uno vaya a decir que son perfectísimos, porque nadie lo es y si se descubre a militares en malos pasos, pues presos van, porque la Ley, la norma, no es para los tontos sino para todo el mundo y no hay excepciones.
La Universidad Militar Bolivariana está abierta a todas y todos los venezolanos, sin distinción de clase social y el que tenga vocación militar que la aproveche, pero no hay que intentar transformar en gorilas a nuestros militares y decirles que se vayan para sus cuarteles y que respondan cuando se les llame, como hacían quienes dirigían la cuarta república. ¡Ahora las cosas son claras!
El militar venezolano ya no es un pistolero de la escuela de las Américas, no es un sujeto que sale a apalear a la gente, porque el militar de hoy día tiene conciencia del ser y la identidad venezolanista, posee otros valores y no los del sirviente uniformado. Es un ser independentista, libre, que cree en la igualdad, la libertad, la solidaridad y respeta y cree en la historia del país.
Nuestros militares están hoy día haciendo parte de la vida de la sociedad; están no solo en las fronteras, sino en las calles, en la salud, la educación, las universidades, los hospitales, las fábricas, los campos, los puertos, los ríos, las montañas, las instituciones y donde sean necesarios, porque ellos no vienen de Marte ni de Plutón, vienen de donde vienen los demás venezolanos, es decir, del pueblo.
Pedro Estacio
aporrea.org