A partir de la llegada de Maduro al poder se manifiesta todo el daño hecho por Chávez a la economía, pues la caída de los precios internacionales del petróleo ya no permiten tapar la corrupción y la ineficiencia con petro-dólares
Lo que Venezuela está por lograr es resultado de un esfuerzo largo y sostenido, de un aprendizaje duro y costoso. No es extraño entonces que, precisamente en estos momentos, se produzcan agresiones desesperadas e intrigas sorprendentes. Mientras desde el programa de Diosdado Cabello y desde algún otro rincón decretan la “muerte” de la MUD, la Unidad consulta con humildad a la sociedad civil, construye un amplio consenso interno y realiza el contundente acto unitario del pasado lunes 26 de septiembre, en el que traza la ruta para vencer el último tramo hacia el Referendo Revocatorio 2016. Tiempo entonces de aclarar el panorama y precisar el foco.
Hora de ver la película completa
En las elecciones presidenciales de 2006 el oficialismo ganó con 26 % de ventaja: Chávez sacó 7.309.080 votos (62,84 %) sobre los 4.292.466 votos (36.90 %) que sacó el entonces candidato de la oposición, Manuel Rosales; en las elecciones presidenciales de 2012, Chávez sacó 8.191.132 votos (55,07 %) superando los 6.591.304 sufragios (44.31 %) que obtuvo el entonces candidato opositor Henrique Capriles, resultado que significó para la oposición una ganancia de 2.298.838 votos y un avance de 7,41 % (logro que en su momentos no fue justamente valorado). Tras la muerte del presidente Chávez, Maduro “gana” las elecciones presidenciales de 2013 por un margen estrecho y aún discutido (el PSUV-CNE jamás cumplió el compromiso contraído ante Unasur de hacer una auditoría del proceso que incluyera la revisión de los cuadernos electorales): según el Consejo Nacional Electoral presidido por Tibisay Lucena, Maduro obtuvo 7.587.579 votos (50,61 % del total de votos emitidos) frente a los 7.363.980 sufragios obtenidos por el candidato Capriles, que representaron 49,12 %. Es así como por una diferencia no auditada de apenas 1,49 % le cayó al país esta desgracia que ha representado el desgobierno de Nicolás Maduro…
Un film de terror
A partir de la llegada de Maduro al poder se manifiesta todo el daño hecho por Chávez a la economía, pues la caída de los precios internacionales del petróleo ya no permiten tapar la corrupción y la ineficiencia con petro-dólares. Conscientes de que tras la muerte de su líder la salida del poder es solo cuestión de tiempo, se destapa la loca y roja carrera de la corrupción y el saqueo: en Julio de 2013, Edmée Betancourt, presidenta del Banco Central, denuncia que solo durante ese ejercicio anual las empresas de maletín rojas-rojitas se habían robado 25 mil millones de dólares. A Betancourt, el gobierno la bota, pero jamás la desmiente. Un año después, en junio de 2014, el exministro de Finanzas de Chávez, Jorge Giordani, publica su carta titulada “Testimonio y responsabilidad ante la historia” en la cual denuncia la existencia de una red criminal que desvió para bolsillos corruptos los dólares preferenciales que han debido dirigirse a importar alimentos y medicinas. Nuevamente, el gobierno tildó a Giordani de “desleal” y “rencoroso»… pero embustero no le dijeron. Posteriormente, sectores de la base chavista y disidentes del oficialismo emprendieron en 2015 la dura tarea de crear una “Plataforma para una Auditoría Pública y Ciudadana”, cuyas investigaciones preliminares arrojan que solo hablando de la renta petrolera (esto es: sin incluir el Fondo Chino y otras mil millonarias “menudencias”), el robo perpetrado contra la nación por la alta corrupción roja y sus testaferros puede llegar a… ¡475 mil millones de dólares!
Así fue como empezamos a ganar
Mientras los chavistas no maduristas denuncian cómo en la cúpula del poder se produce esa orgía de saqueo y desenfreno, el pueblo hace colas inmensas para comprar dos canillas de pan y tiene que presentar la partida de nacimiento del bebé para poder adquirir, si lo consigue, un paquete de pañales desechables. Nada extraño tiene entonces que en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015 la tarjeta de la MUD obtuviera 7.726.066 votos (56,22 % del total de votos validos emitidos), 2.103.222 votos más que los que logró el derrotado PSUV, que aún con el voto sumado de todos sus aliados solo alcanzó 5.622.844 sufragios (40,91 % del total de votos emitidos, 15,31 % por debajo de la MUD).
El 56 % de apoyo que tenía la Unidad Democrática en diciembre de 2015 ahora subió a 80 %. Ocho de cada diez venezolanos quiere a Maduro fuera del poder, y no solo a Maduro: todas las investigaciones, encuestas y sondeos revelan que el pueblo venezolano, sobre todo en los sectores populares, tiene conciencia creciente de que la agresión a la actividad económica, a la propiedad privada y a la libre empresa se traduce en escasez, corrupción y hambre, y que la destrucción de la democracia política (la ausencia de autonomía de los poderes, el irrespeto a la Asamblea Nacional, los golpes de estado contra las alcaldías) termina operando como alcahueta cobertura de los corruptos y sus testaferros. En otras palabras: la economía roja produce el mercado negro, y la dictadura es la única manera en que pueden mantenerse en el poder quienes se lucran, económica y políticamente, con el hambre del pueblo. Todo eso es lo que vamos a revocar.
¡Pacíficos si, pasivos nunca!
Hoy 2 de octubre de 2016 se cumplen 147 años del nacimiento de Mahatma Gandhi. Este recordatorio es pertinente no solo porque en Venezuela se encuentra en estos días un nieto de Gandhi, promoviendo en nuestras tierras las enseñanzas de su abuelo, sino porque todo lo que hemos logrado en estos tiempos lo hemos conseguido con la estrategia de los más valientes: la no violencia activa.
En efecto, los avances arriba descritos con cifras y detalles los logramos luchando siempre en paz y por la paz. Quienes se han apartado de la lucha no violenta no han logrado ninguna victoria duradera, y han sido usados por el régimen como pretexto para justificar su propia violencia. Vencer democráticamente a un gobierno autoritario, derrotar con las herramientas de la paz a un régimen violento, no es cosa fácil. Pero justamente así es como hemos logrado cercarlo, aislarlo y vencerlo. Los demócratas optamos por la lucha no violenta no solo porque no tengamos armas, sino porque nuestro objetivo es construir un país que pueda sostenerse no por la violencia sino por la convivencia. Como dice Gandhi, citado por esa venezolana constructora de paz que es la maestra Luisa Pernalete, “el fin está en los medios como el árbol en la semilla”.
Así vamos a la Toma de Venezuela los días 26, 27 y 28 de octubre. En paz, pero no pasivamente. Vamos a exigirle al régimen que acate la Constitución, que acate la voz del soberano, que es la fuente esencial de toda legitimidad, y que acate el 20 % nacional, que es el único requisito que establece la Constitución para activar el RR2016. ¡Pa’lante!
«El 56 % de apoyo que tenía la Unidad Democrática en diciembre de 2015 ahora subió a 80 %…»
Jesus Chuo Torrealba