Debemos reflexionar y pensar qué estaría haciendo nuestro hermano en este momento para poder luchar contra la guerra económica, las colas, los bachaqueros
Hoy pasa un año más de tan dura noticia, esa que llegó hasta lo más profundo del alma de ese pueblo que te siguió y escuchó muchísimas veces, aquellos que compartimos un buen tiempo y aprendimos de tu gran gallardía y temple en defensa la verdad y la justicia, hijo predilecto de esta revolución bolivariana, admirado por nuestro padre Hugo, quien siempre te colocó como ejemplo para las nuevas generaciones de este siglo XXI, esa antorcha que estaría siempre allí alumbrando el camino de la constancia y dedicación. Son muchas las razones por las cuales hoy aún en lo particular no aceptamos o asimilamos que no estés físicamente entre nosotros, aún cuesta tal vez escribir cada palabra.
Sin embargo, es necesario resaltar tu espíritu y tu ejemplo en esta coyuntura tan compleja que hoy vivimos, en esta batalla campal contra nuestro pueblo, y esa esencia extraordinaria directa sin medias tintas que siempre expresabas.
Es lo que hoy debemos colocar en cada discurso, cada acción, cada paso determinado en la construcción de una juventud comprometida y capaz de seguir construyendo la patria que Bolívar y Chávez soñaron, esa que hoy sigue amenazada por los que aún se creen dueños del mundo, los mismos que pagaron para segar tu vida, esos que hoy se muestran como una alternativa política, esa generación grotesca y asesina que tiene en sus manos la sangre de grandes hombres y mujeres que dieron sus vidas por la democracia, por el amor y la igualdad de todos y todas.
Hoy debemos reflexionar y pensar qué estaría haciendo nuestro hermano en este momento para poder luchar contra la guerra económica, las colas, los bachaqueros, por allí estuviera con su fuerza y franqueza arriesgándose para poder defender a su pueblo, cosa que aún falta por allí a muchos dirigentes que no asumen su rol, apoyar con lealtad a nuestro hermano presidente Nicolás Maduro.
Porque expresamos nuestras críticas, pero no accionamos y solo nos dedicamos a escribir, pero nada más, y es por eso que el mayor homenaje que podemos hacerle a Robert Serra es defender su legado en cada expresión, en cada línea política, en cada plan o discurso, en la escuela, en la fábrica, en el campo, la sonrisa del hombre y la mujer que construye, amamanta, trabaja, estudia, ese abuelo y abuela que está por allí arrinconado, a esa muchachada que canta, que baila, que practica un deporte, el arte, la sublime mirada de esos niños o niñas que luchan por vivir y superar las adversidades que el destino colocó en cada momento, las emociones en su expresión, enamorados de la vida, de su gente, su humildad y su profesionalismo, ese debe ser el legado que hoy echa raíces desde su estampa, desde su memoria, esa es la chispa que debe brillar en la juventud venezolana.
Aquí con un nudo en la garganta expreso lo que siento y lo que pude compartir en esos años de lucha estudiantil, ese movimiento que hoy debe despertar y sumarse con fuerza a la lucha revolucionaria sin ataduras, sin egoísmos y protagonismo individual.
Esa generación estudiantil debe ser baluarte y punta de lanza de la lucha permanente, con alegría, con compromiso, en la calle defendiendo la patria, en cada rincón, en cada momento.
Eso es lo que hoy debe ser la misión de a cada uno de nosotros y nosotras, su creación, su memoria, su legado, repito, debe ser el compromiso de quienes hoy lo tenemos presente como ejemplo vivo.
No hay que solo esperar este día para homenajearlo y hablar de él, ya se hizo millones como Chávez, pero también debemos retomar esas enseñanzas que a pesar de su corta edad, siempre hizo la diferencia en la política y la construcción de la igualdad social como prioridad en los planes de nuestro proceso revolucionario, sin rendirse, sin acobardarse, como aquellos que vilipendiaron su vida, y que hoy siguen dando lástima.
Su miseria no podrá borrar de nuestras memorias todo lo que tú has significado para la juventud, aquí y en la patria grande.
Es por eso que hoy, a dos años de tu siembra, hermano, dedico estas líneas con humildad y respeto, con alegría seguiremos defendiendo tu memoria, y tu ejemplo será la praxis cada día de nuestra existencia dentro y fuera de nuestra amada Venezuela, la independiente, la soberana, la que hoy lleva en sus hombres la unidad y la paz en el mundo.
Hasta siempre camarada…
John Duarte Zambrano
aporrea.org