Cómo si se tratase del remedio casero difundido en un pueblo recóndito de la geografía, unos científicos han enunciado que montar en montaña rusa puede ser la solución para aquellos que sufren de piedras en el riñón.
Los investigadores responsables de la teoría pertenecen al Colegio de Medicina Osteopática de la Universidad de Michigan. No se trata de una idea que haya surgido de la nada, sino más bien del estudio y comprobación de la teoría propuesta por un paciente de cálculos en el riñon, quien acudió a los investigadores tras sentir que montar en montaña rusa le había ayudado a superar sus problemas.
Una historia de Disney
En Engadget encontramos que el paciente que acudió a los investigadores de la Universidad de Michigan sufría desde hace tiempo de problemas de piedras en el riñón.Tras acudir al parque de atracciones de Disney y montar en la montaña rusa Big Thunder, sus problemas desaparecieron de golpe.
Los científicos decidieron darle crédito a la teoría del paciente y, como la ciencia es empírica, idearon una manera de demostrar cómo podría haber ocurrido la curación. Tras diseñar un modelo de riñón en 3D y rellenarlo con orina y tres piedras de riñón, lo subieron a una montaña rusa y le pegaron 20 viajes para comprobar qué sucedía.
Efectivamente, los científicos llegaron a la conclusión de que ‘los viajes en montañas rusas de intensidad moderada podrían beneficiar a determinados pacientes con pequeñas piedras en el riñón’. Incluso determinaron también que el lugar que se ocupe en el trenecito también puede ser determinante, siendo más efectivo ir sentado en los vagones finales.
En todo caso, las conclusiones de este estudio deben ser consideradas desde un punto de vista realista. Montar en montaña rusa nunca podrá ser considerado como un tratamiento único y principal para las piedras del riñón.
Se trata de un problema serio y como tal, requiere del tratamiento y supervisión por un profesional médico. Sin embargo, gracias a este estudio podemos saber que acudir a un parque de atracciones puede ser beneficioso y de ayuda para el tratamiento.
No sabemos la acogida y difusión que terminará teniendo este descubrimiento en la sociedad general, pero sería muy curioso que en el futuro, dentro de los parques de atracciones, encontremos asientos específicamente reservados o con prioridad para pacientes con determinadas afecciones médicas.