El error de Odor se puso de bulto, pero ya el daño venía desde las dos derrotas en casa
Que si Odor lanza bien a primera habría sido double play y el extrainning se prolongaba. Que si retiene la pelota luego de hacer el out en segunda, Donaldson no corre hacia home o hubiera sido puesto out…
Son algunas de las especulaciones, fáciles luego de lo acontecido. Y recibieron todo el peso de la crítica, porque se trató del momento crucial, del lance en que se anotó la carrera del triunfo. Con ello pasó al olvido el cuadrangular de propio intermedista venezolano, impulsor de 2 carreras, con el clásico cambio “de héroe a villano”.
Pero, ¿puede afirmarse que por eso los Rangers quedaron eliminados? No, solo que suele olvidarse el contexto general. Y, sin ir a los dos juegos anteriores, el tercero fue un reflejo del equipo -ahora desconocido- que dominó los números de la Liga Americana (95 triunfos y 67 reveses) por 89-73 de Toronto.
Frente a la ofensiva de los Azulejos, que comandaron el venezolano Ezequiel Carrera (5-2, un robo, 2 anotadas y un batazo víctima de buen fildeo con dos en bases), Encarnación (3-2, 2 remolques) y Donaldson (5-3, impulsada) y que sumó 10 imparables, los Rangers apenas consiguieron 4 frente a 5 lanzadores y si sumaron 6 carreras fue, en buena parte, por el jonrón de Odor y, antes, el de Andrus. Sin olvidar que Beltrán y Beltré, la parte fuerte del ataque tejano, reflejó un escuálido 7-0, una empujada y una anotada, frente al .538 y .417, ambos con Ops de 1.417 (Carrera tuvo 1012), de sus contrapartes de Toronto, que de paso ocultó el 5-0 de Bautista.
El toque extra beisbol –la refriega de mayo, cuando Odor propinó un knock-down a Bautista- estuvo por supuesto en primer plano, y fue recordada ante el fallo del venezolano. Eso suena, claro, pero en el análisis de lo sucedido en la serie no deja de ser una anécdota más. El error pesó, desde luego, y de manera decisiva en el tercer juego, pero los Rangers ya se habían hecho el harakiri al perder los dos primeros en casa.
-Armando Naranjo-