Este domingo, el Papa Francisco canoniza a un presbítero francés a quien se le reconoce un milagro en una niña venezolana
Desde este domingo 16 de octubre, siete nuevos santos serán canonizados por el Papa Francisco con una acostumbrada misa en la plaza San Pedro del Vaticano. Y la gran noticia, para la Venezuela católica, es que uno de ellos llega a los altares porque le salvó la vida a una niña venezolana.
Ese nuevo santo, que se vincula de manera tan especial a la Iglesia venezolana, es Salomón Leclercq, a quien muy pocos conocen, aunque menos conocen a María Alejandra Hernández. Pero a partir de este domingo 16 de octubre ambos nombres pasarán a la historia: él como nuevo integrante del santoral católico, ella por ser la prueba viviente del milagro que llevó a los alteares a un hermano de La Salle muerto hace más de dos siglos.
Presencia en El Hatillo
Nacido en el norte de Francia, Salomón Leclercq fue martirizado por los revolucionarios franceses en 1796 junto a cientos de religiosos. Beatificado en 1926, una imagen suya llegó en 2004 a la Ermita de la Eucaristía, ubicada en Sabaneta del Cañaveral, en la zona rural de El Hatillo. “Desde que llegó hubo una especia de amor a primera vista entre el santo y la comunidad”, dice monseñor Rafael María Febres-Cordero, quien levantó el templo al lado de donde unos años antes la asociación civil Asoporar tiene dos casas-hogar para albergar a niños desamparados.
Conocido en la zona como protector contra picadas de alacranes y culebras, en 2007 ocurrió el milagro atribuido al hoy santo, al salvar a María Alejandra, una de las niñas del albergue de 5 años de edad, quien había sido mordida por una tigra mariposa (bothropsvenezuelensis). “Los médicos nunca se pudieron explicar cómo es que la niña sobrevivió dos días sin recibir el antídoto”, dice la hermana Karina Rincones, para entonces directora de la casa-hogar, quien explica que más de 48 horas después y aunque no había esperanza de cura, los médicos deciden cortar la necrosada pierna para intentar salvarle la vida.
Fue allí cuando comenzó una cadena de oración que involucró a las hermanas de Nuestra Señora de la Consolación (que atendían los albergues), los niños y los sabaneteros, cuyos ruegos fueron escuchados por el beato, pues dos horas después de iniciada la súplica colectiva la pierna de la niña había recuperado su color y los signos habían comenzado a mejorar. Al día siguiente no había rastro alguno del emponzoñamiento.
“Fue un milagro”, dice la jovencita, hoy de 14, que llegó en 2005 a la casa-hogar junto a sus tres hermanos (Moisés, su gemela María Victoria y Omaira) y quienes desde entonces hacen vida en la institución “y estarán allí hasta que quieran, porque no tenemos una edad límite de salida”, comenta Juan Carlos Zambrano, presidente de Asoprogar, institución sin fines de lucro creada hace 30 años para atender a niños necesitados.
Al extremo tímida y negada a que sus compañeros de clase (estudia 2º año de bachillerato) sepan que está viva por un verdadero milagro, la adolescente que sueña con ser veterinaria o especialista en obstetricia, será protagonista de primer orden en la misa solemne que ofrecerá el Papa Francisco, donde un casi desconocido beato francés será canonizado por realizar un milagro en una tierra que nunca conoció, pero que lo venera como el protector contra los bichos ponzoñosos.
Mientras esto ocurre en Roma, en la madrugada del domingo 16, monseñor Febres-Cordero ofrecerá una misa en la Ermita de la Misericordia, mientras que a las 10:00 am habrá otra celebración comunitaria en el colegio La Salle de La Colina.
Mártir
Salomón Leclercq (1745-1792) es uno entre millares de víctimas de la Revolución Francesa. Fue martirizado por haberse negado a hacer el juramento de la constitución civil del clero. Nacido en noviembre de 1745, Guillaume-Nicolas-Louis Leclercq recibió el nombre religioso de Salomón apenas entró a la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, en el año 1767. Profesor y después maestro de novicios, rechazó prestar el juramento de la constitución civil del clero que, después de la caída de la monarquía, daba al Estado el control sobre la Iglesia en Francia. El religioso vivía en la clandestinidad en París, antes de ser preso en agosto de 1792 y encarcelado en la prisión de los Carmelitas.
En ese monasterio, transformado en prisión por los revolucionarios, fue ejecutado a golpes de espada durante las masacres de septiembre cuando, junto a él, otros 190 eclesiásticos más fueron muertos por odio a la fe. Salomón Leclercq fue beatificado en 1926 por el Papa Pío XI.
Los 7 santos de Francisco
Los nuevos santos son los franceses Salomón Leclercq (1745-1792) y Elizabeth de la Santísima Trinidad Catez (1880-1906), los italianos Lodovico Pavoni (1784-1849) y Alfonso María de Fusco(1839-1910), el mexicano José Sánchez Del Río (1913-1928), el español Manuel González García (1877-1940) y el argentino, José Gabriel del Rosario Brochero (1840-1914).
E.A. Moreno-Uribe
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