Los lanzadores Héctor Rondón y Pedro Strop regresaron de la lista de lesionados y le dieron le regresaron la profundidad acostumbrada al staff de los Cachorros de Chicago
Dicen que no hay mal que por bien no venga y eso es precisamente lo que le ocurrió al cuerpo de relevo de los Cachorros de Chicago en el 2016 a través de dos piezas tan importantes como lo son el venezolano Héctor Rondón y el dominicano Pedro Strop.
Castigados por lesiones en la segunda mitad de la temporada, tanto Rondón como Strop tenían bien preocupado al dirigente de los Cachorros, Joe Maddon, que no sabría si volverían a tiempo para los play-offs y si acaso lo hacían que no retornarían con la certeza indispensable en sus respectivos lanzamientos.
Pero los dos volvieron justo a tiempo en uno u otro sentido, para multiplicar la calidad del bullpen de los Cubs al unirse a otros brazos que ganaron experiencia cuando tuvieron que llenar las vacantes de los citados relevistas latinoamericanos.
«Me sorprendió que lo hicimos tan bien cuando ellos (Rondón y Strop) estuvieron lesionados», reconoció Maddon. «Estuvieron fuera por un largo período de tiempo en agosto y septiembre. Eso nos preocupó bastante».
«Lo positivo es que eso le brindó más oportunidad de trabajar a Carl Edwards Jr, (Justin) Grimm y (Mike) Montgomery, tipos con los que no contábamos para semejante carga de trabajo», analizó Maddon. «Lo hicieron bastante bien y ahora son parte de la mezcla de nuestro bullpen».
En lo pertinente a Rondón y Strop, la otra parte de la ecuación era si volverían con la misma precisión en los lanzamientos para ser considerados para la postemporada. Después de todo, por muy experimentado que sea un pítcher, puede perder esa exactitud en sus envíos al tener que ver los toros desde la barrera por mucho tiempo, por muy saludable que fuera su retorno.
«Para ser honesto, me pregunté: ‘van a estar descansados, ¿pero volverán certeros?», admitió Maddon. «No tuvieron la misma adrenalina al final de la temporada, pero creo que los dos están bien ahora.
«Hemos visto (en la postemporada) cómo C.J. induce a una doble matanza o Montgomery trabaja por varios episodios», especificó el mánager de los campeones del Centro de la Liga Nacional. «En resumen, estuve preocupado cuando (Rondón y Strop) estuvieron lesionados, pero todo salió a pedir de boca».
Rondón, que era el cerrador de los Cachorros antes de llegar a ese equipo el veloz cubano Aroldis Chapman, siempre se mantuvo con fe de que volvería en el propio 2016 a ser un relevista efectivo con la novena de la Ciudad de los Vientos.
«Supe que era cosa mínima», recordó el derecho de Guatire, estado Miranda, que estuvo en la lista de los inhabilitados desde el 19 de agosto al 6 de septiembre por una distensión del tríceps derecho. «Lo que necesitaba era tomarme tiempo para recuperarme la parte en la que estaba lesionado»
«Nunca tuve la mentalidad de que iba a ser difícil volver», comentó el apagafuegos que salvó 34 juegos para los Cachorros en el 2015. «Ya he estado antes lesionado por mucho tiempo. Lo tomé con responsabilidad. Ya me siento bien, mi brazo está bien, mi velocidad está bien. Estoy listo para todo».
Lo que le pasó a Strop fue un poco más serio de lo que le ocurrió a Rondón, por cuanto estuvo mes y medio fuera de acción, del 11 de agosto al 23 de septiembre, por un desgarre del menisco izquierdo.
«Lo de mi lesión fue una de las partes más difíciles», rememoró el serpentinero de la tierra del merengue. «Lo primero que pensé cuando me dijeron que iba a tener una operación fue que ‘wow’, tanto tiempo esperando por esta oportunidad de ayudar al equipo a ser campeón de la Serie Mundial y a lo mejor me voy a quedar fuera ahora.
«Me dije ‘le voy a echar ganas y voy a hacer todo lo posible para recuperarme lo más rápido posible para estar listo par ayudar al equipo en lo que más pueda para ganar»’, acentuó un satisfecho Strop por ver ahora el fruto de su esfuerzo.
La otra duda del derecho que comenzó su carrera en la gran carpa con los Rangers de Texas en el 2009 era saber si estaría en condiciones de pulir esos efectivos envíos que él usa para retirar a los bateadores del equipo contrario.
«Me siento igual, me siento muy bien, gracias a Dios», insistió Strop. «Algo que me preocupaba era venir con dificultades, de que algo me molestaría un poco, de que mis pitcheos no estuvieran allí por el simple hecho de perder casi dos meses sin lanzar.
«Sin embargo, pude trabajar en cuatro partidos al final de la temporada para poner todos mis pitcheos en orden y ahora estoy listo para ayudar al equipo en cualquier situación en la que el manager me quiera usar», dijo Strop.
Y ahora, con la meta a la vuelta de la esquina, Strop sonríe al saber que la pesadilla de la lesión ha quedado en el pasado y que pudiera ahora ser parte de un momento histórico en el Beisbol de Lujo. Los Cubs no han ido a la Serie Mundial desde 1945.
«Tengo confianza y tengo fe de que éso va a pasar», concluyó el derecho de 31 años de edad. «Tenemos muchos chance».
Manolo Hernández Douen
lasmayores.com