Un plan de 18 millones de dólares para soltar mosquitos resistentes al zika, el dengue y otros virus en áreas urbanas de Colombia y Brasil fue anunciado el miércoles por gobiernos y organismos benéficos.
El programa pretende reforzar los esfuerzos de control de mosquitos mediante el uso de la bacteria Wolbachia a partir del próximo año, tras la alarmante propagación del virus del Zika transmitido por el mosquito Aedes aegypti, que puede causar defectos devastadores en el feto.
La Wolbachia se produce naturalmente en 60% de los insectos, pero no en los mosquitos.
La investigación y las pruebas de campo durante los últimos años en países como Australia, Indonesia y Vietnam han demostrado que inyectar la bacteria a los mosquitos reduce significativamente su capacidad de propagar los virus.
Entre los organismos que aportaron fondos para el programa figuran la agencia de ayuda al desarrollo de Estados Unidos USAID, el gobierno británico, la organización británica Wellcome y la Fundación Bill y Melinda Gates.
«El uso de la Wolbachia para reducir la transmisión de enfermedades por mosquitos tiene el potencial de reducir fuertemente la carga y el costo socioeconómico del zika y otras infecciones relacionadas, como el dengue y la fiebre amarilla, en la salud global», dijo Mike Turner, director interino de Ciencias y jefe de Infección e Inmunología de Wellcome.
«Esta investigación es esencial, ya que ayudará a medir el impacto sanitario del método Wolbachia en grandes áreas urbanas, donde este tipo de brotes puede tener un efecto tan devastador».
El proceso de inoculación de mosquitos Aedes aegypti con Wolbachia fue desarrollado por el Programa Eliminar el Dengue, una investigación global sin ánimo de lucro dirigida por la Universidad de Monash de Australia.
Las pruebas de campo a pequeña escala comenzaron en Rio de Janeiro en 2014 y en Bello, un suburbio del noroeste de Medellín, en Colombia, en 2015.
El nuevo aporte de dinero «financiará la rápida extensión de la cobertura del (método) Wolbachia en América Latina, comenzando a principios de 2017», dijeron los entes financiadores en un comunicado.
Los científicos estudiarán esos lugares en los próximos dos a tres años para determinar el impacto en la salud humana, con la esperanza de que las liberaciones reduzcan significativamente los nuevos casos de zika, dengue y chicunguña.
AFP