PARIS. El ex presidente francés Nicolas Sarkozy fue puesto bajo investigación como testigo especial después de pasar el jueves respondiendo a las preguntas de un juez sobre si aceptó ilegalmente donativos de la mujer más acaudalada de Francia para financiar su campaña electoral en 2007.
Después de 12 horas interrogándolo, el fiscal en Burdeos, Claude Laplaud, confirmó a noticias Sipa que el ex mandatario fue nombrado testigo con la posibilidad de enfrentar cargos en el caso relacionado con la heredera de L’Oreal, Liliane Bettencourt, de 90 años.
Sarkozy salió de la corte poco antes de las 10 de la noche, hora local, acompañado de su abogado.
Se esperaba que en la audiencia del jueves el juez decidiera si el político conservador de 57 años, un personaje polarizador que muchas veces enfrentó críticas por sus cómodos lazos con los ricos, sería acusado de aprovecharse de Bettencourt. Sarkozy ha negado frecuentemente las acusaciones.
El ex contador de Bettencourt dijo a la policía que ella le entregó más de 150.000 euros (192.000 dólares) en efectivo que, según le informaron a ella, serían dados al tesorero de campaña de Sarkozy. En julio un magistrado ordenó incautar los libros diarios de Sarkozy.
La suma, aunque palidece en comparación con los donativos que se hacen en campañas en Estados Unidos, impactó a los franceses porque el gasto en las campañas políticas aquí está estrictamente limitado. Las contribuciones individuales de campaña para los candidatos se limitan a 4.600 euros (5.930 dólares) y ningún aspirante puede gastar más de 22 millones de euros (28.300 millones de dólares) en toda una campaña presidencial. El gobierno galo reembolsa parte de ese dinero al ganador.
La investigación se centra en las finanzas de Bettencourt, la mujer más acaudalada de Europa y el foco de un viejo pleito familiar sobre la fortuna que se infló en 2010 por una investigación de varios estratos y un asunto político. Bettencourt, que según se reportó sufre de la enfermedad de Alzheimer, desde entonces está bajo protección legal.
Sarkozy perdió su inmunidad judicial cuando fue derrotado en las urnas por el socialista Francois Hollande en mayo. Desde entonces, su partido UMP ha caído en el caos. Los lazos del ex presidente con los acaudalados disgustaron a muchos en Francia, pero sigue siendo popular entre los conservadores a pesar de lo problemas legales que lo han perseguido desde que dejó el cargo.
Antes de la audiencia del jueves, su abogado Thierry Herzog dijo a la agencia de noticias Sipa que Sarkozy podría enfrentar cargos preliminares o recibir estatus especial de testigo con la posibilidad de enfrentar cargos después.
AP