Los testigos presenciales del crimen, contaron que Carlos Molina estaba recostado en su moto Empire, mientras conversaba con dos amigos a las puertas del bloque 7 donde vivía, cuando llegaron sujetos extraños; decidieron entrar al edificio, cuando uno de los hombres le hirió mortalmente de bala
Luisa Elena Gámez dijo que se enteró de la muerte de su pareja en horas de la mañana cuando llegaba a su empleo.
Carlos Guillermo Molina Campos, de 48 años de edad, trabajador del Departamento de Carpintería de la planta televisiva Venevisión, fue asesinado de un disparo que le perforó el pulmón derecho, la noche de este miércoles, cuando conversaba con dos amigos en los bloques de la UD7 de Caricuao.
Los testigos presenciales del crimen, contaron que Molina estaba recostado en su moto Empire, mientras conversaba con dos amigos a las puertas del bloque 7 donde vivía. En el lugar se presentaron varios sujetos encapuchados y al verlos, el hombre se extrañó por su apariencia.
El trabajador le sugirió a sus compañeros que lo mejor era entrar, pero cuando cerraron la reja del edificio, uno de los antisociales introdujo su mano a través de ella, empuñando un arma de fuego con la que le disparó.
Cuando los asesinos huyeron del sitio, los amigos de la víctima alertaron su familia. El herido fue llevado al hospital Miguel Pérez Carreño, donde falleció. El hombre acaba de llegar al sitio por lo que aún vestía una chaqueta con el logo de Venevisión.
En las afueras de la morgue de Bello Monte, la pareja de Carlos Molina, protagonizó una dura escena de dolor. Luisa Elena Gámez, no podía contener la respiración cuando llorando pedía justicia, condenando el asesinato de un hombre que «se dedicaba a ayuda a personas con problemas de adicción, para que pudieran superar su problema y salieran adelante», dijo.
La mujer contó que el hombre regresaba de una reunión de apoyo como voluntario de la fundación Narcóticos Anónimos, en Los Palos Grandes, a la que acudía varios días a la semana, luego de salir del canal. La versión de la mujer era que su pareja, con la que no vivía, fue asesinada vilmente por unos sujetos que le robaron su motocicleta.
Gámez dijo que se enteró de la muerte de su pareja en horas de la mañana cuando llegaba a su empleo. El hombre vivía en Caricuao con su madre, hermanos y una hija, aunque en total tenía seis hijos. «Como puede alguien quitarle la vida a un ser humano por una moto que lo que vale en una tontería», exclamaba sin superar el llanto.
AA