En este día la Iglesia celebra a manera de fiesta solemne a todos aquellos difuntos que, habiendo superado el purgatorio, se han santificado totalmente, han obtenido la visión beatífica y gozan de la vida eterna en la presencia de Dios
Es una celebración cristiana que tiene lugar el 1 de noviembre en la Iglesia católica y el primer domingo de Pentecostés en la Iglesia ortodoxa.
En este día la Iglesia celebra a manera de fiesta solemne a todos aquellos difuntos que, habiendo superado el purgatorio, se han santificado totalmente, han obtenido la visión beatífica y gozan de la vida eterna en la presencia de Dios. Por eso es el día de «todos los santos». No se festeja, pues, sólo a los beatos o santos que están en la lista de los canonizados y que la Iglesia celebra en un día especial del año; se celebra también a todos los que no están canonizados pero viven ya en la presencia de Dios.
Es frecuente que este día las grandes catedrales exhiban las reliquias de los santos.
La fecha en algunos países
España: En España, dentro de la tradición católica, se realiza una visita donde yacen los seres queridos que hayan fallecido, se les deja flores en las tumbas y se reza por ellos. Además, se suele comer los típicos dulces de las fiestas que son los huesos de santo y los buñuelos.
Colombia:
En Colombia más específicamente en Cartagena de Indias, se celebra el tintililillo, evento en el cual un grupo de chicos va de casa en casa pidiendo alimentos a través de cánticos para hacer una comida tradicional, llamada el Sancocho. En el departamento del Atlántico se celebra en esta fecha el día de los angelitos, festividad en la que los niños salen a pedir dulces durante el día.
Guatemala:
En Guatemala, se realizan visitas a los cementerios dejando usualmente flores y a veces comida a los difuntos, se vuelan barriletes Gigantes en Sumpango y Santiago Sacatepéquez y se degusta el platillo llamado fiambre (combinación de embutidos y verduras). Es día de asueto nacional.
México:
En México, las reminiscencias prehispánicas y el sincretismo religioso han dado origen a costumbres muy peculiares y distintas en cada provincia o pueblo, conservando empero la tradicional ofrenda.
Los habitantes del actual México realizaban un culto especial a sus difuntos durante el tiempo de cosechas, correspondiente al mes de agosto. Su intención era compartir con los muertos la alegría y los bienes materiales con que los había bendecido la diosa tierra. Dedicaban los primeros días del mes a los niños y los últimos a los adultos.
Los muertos habitaban el Mictlán y habían olvidado muchas cosas. Para recordarles el camino a casa, sus familiares hacían caminos y arcos con flores de vivos colores como el cempazúchitl y utilizaban el agradable aroma del copal. La ofrenda casera contaba con los mejores alimentos y bebidas para que el difunto pudiera saciarse y soportar el hambre hasta el siguiente año.
La creencia anterior se modificó con la llegada de los misioneros católicos. La fecha de agosto se cambió por la del calendario cristiano. La mezcla de creencias prehispánicas y cristianas causó confusión en algunos y surgió la idea de que los «difuntos chiquitos» regresan a la tierra el día primero y los adultos al día siguiente. Sin embargo, la Biblia enseña que después de la muerte los difuntos inician una vida distinta en la que ya no necesitan alimento ni bebida. Al estar en la plenitud de Dios no necesitan viajar como almas tristes, solas y hambrientas.
Por eso, los cristianos de México, además de hacer sufragios (oraciones) ponen una ofrenda para rendir homenaje a sus difuntos y darle gracias a Dios por todo el bien que hicieron en esta Tierra.
La ofrenda es un signo de la alegría eterna que gozan ellos y de la comunión que tendremos con ellos en la vida eterna.