El futbolista argentino Leo Messi le dijo en la segunda semana del pasado mes de julio al FC Barcelona, club con el que está vinculado desde los 13 años, que no quiere renovar su contrato, ya que prefiere esperar a que finalice dentro de año y medio para decidir entonces su futuro, informó Marca.
Según el diario deportivo, el astro argentino tomó la decisión mientras se encontraba de vacaciones con su familia en Ibiza. Una vez adoptada, habló “con su padre y con otra persona, a los que pidió que transmitieran sus intenciones al presidente azulgrana (Josep María Bartomeu), a quien incluso llegaron a plantearle la posibilidad de que no acabara dicho vínculo, que termina el 30 de junio de 2018”.
Tras ello, Bartomeu “recomendó calma, pidió que se lo pensara dos veces y remitió a la cláusula de rescisión de 250 millones que figura en su contrato tras la séptima y, por ahora, última renovación”. Desde ese momento, no se ha producido ningún tipo de comunicación oficial entre los Messi y el club deportivo español.
Pocos días antes de este incidente, el 6 de julio, la Audiencia de Barcelona condenó al delantero del Barça, Leo Messi, y a su padre, Jorge Horacio Messi, a 21 meses de prisión por fraude fiscal. A ambos se les declaró culpables de tres delitos contra la Hacienda Pública entre los años 2007 y 2009 y se les impuso, además, el pago de sendas multas: dos millones de euros al futbolista y 1,5 millones a su padre.