Recordamos a Federico García Lorca, el poeta y dramaturgo español, porque Lo resucitan y lo vuelven a matar sin contemplación alguna, lo leen y lo representan muy mal
Como se escenifica tanto en Venezuela, tanto que hasta sus personajes castellanos lo ponen a funcionar cual si fuesen llaneros, queremos recordar que hace 80 años, España se desangraba en fratricida contienda. Guerra civil por injustificables motivos escindía la historia de una nación que había imperado en Europa y América, pero que por la intolerancia de bandos enfrentados se convirtió en cadalso de caínes y abeles. Las consecuencias todavía atormentan y desvelan a descendientes de víctimas y vencedores. Nadie quiere otra brecha igual. En la larga lista de ese millón de muertos que dejó como saldo, hay un nombre en especial que queremos evocar, porque, precisamente, el 18 de agosto de 1936 fue fusilado el poeta y dramaturgo Federico García Lorca, a los 38 años. Artista de sólidos principios y no un soldado o un guerrillero de pacotilla, a quien los fascistas eliminaron, creyendo que así lo borrarían de la historia. ¡Jamás!
Evocación
Según el intelectual estadounidense Jaime Manrique Ardila (Barranquilla, 1949), autor de una novela sobre Manuela Sáenz (La vida es como los ríos), la mejor forma de evocar a un escritor es siempre a través de su obra. “García Lorca es uno de esos artistas de quien casi todo el mundo ha oído hablar pero al que, lamentablemente, muy pocas personas han leído a fondo. Su personalidad extravagante, además de la forma tan trágica como murió, desgraciadamente ha opacado sus verdaderos logros y su importancia como escritor de vanguardia. Algunos recuerdan más su sórdido final y no lo otro, lo que rompe el silencio de los tiempos, su obra”. Sobre las razones o las sinrazones que tuvieron sus “enemigos” para matarlo, o “darle un poco de café”, Manrique Ardila dice que Federico, por muchas declaraciones escandalosas que había hecho para defender al socialismo de la república española, y por haberse convertido en una ‘loca pública’, había despertado el odio de los conservadores y reaccionarios españoles. “A mí me da la impresión de que estaba marcado y que sus enemigos querían deshacerse de él, a cualquier precio. Y así lo hicieron, pero su obra ha derrotado al tiempo, una victoria por encima de la muerte”.
Poeta y dramaturgo
Comenta que en la obra literaria de Federico destaca, de tal manera, El poeta en Nueva York, que se le puede considerar como uno de los libros más influyentes de la poesía del siglo XX. “Por ejemplo, gran parte de los poetas Ginsberg, Corso y Ferlingheti, además de otros ‘vates beats’, no existirían si estos no hubiesen conocido y admirado a El poeta en Nueva York. Ese poemario y los Sonetos del amor oscuro todavía pueden ser leídos con admiración en este proceloso siglo XXI. Pero el otro García Lorca, el folklórico, es menos interesante. Sin embargo, la musicalidad y el colorido de su poesía tradicional influyeron la obra de poetas norteamericanos como Langston Hughes. Como dramaturgo, la trilogía compuesta por Yerma, Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba, fueron esenciales en el desarrollo del teatro de Tennessee Williams, especialmente en su forma para enfocar a los personajes femeninos. Para mí, La casa de Bernarda Alba es una obra maestra, perfecta en su estructura, arrolladora como una tragedia griega, y tan perspicaz acerca de la psicología femenina como las mejores obras de Ibsen y Strindberg. Sus dos obras de teatro surrealista, Así que pasen cinco años y El público, se adelantaron al teatro del absurdo de Inoesco y Genet. Tal vez no sean sus obras mayores, pero sí están entre las piezas teatrales más innovadoras del siglo XX».
Manifiesta que “la estadía de Federico en Nueva York, entre el 29 de junio de 1929 y el 4 de marzo de 1930, le fue muy importante en dos aspectos: lo liberó para siempre de los horrores de la homofobia que había encontrado en España, entre otros, de parte de su amigo Luis Buñuel, y le dio permiso para que empezara a escribir acerca de su sexualidad atormentada. Su estadía en Manhattan también le permitió entrar en contacto directo con la modernidad de Nueva York, en esos años gloriosos del cine, el jazz, la cultura negra de Harlem y las obras de teatro que enfrentaban directamente a la sexualidad. Además, pudo vivir por primera vez en medio de una comunidad gay, como la neoyorquina de esos años. Federico será otro en los seis años venideros, salió del closet, para decirlo en lenguaje contemporáneo, y creció como hombre y como poeta. Creo también que él fue también un mártir gay, ya que aunque durante los últimos 30 años se ha hablado y se ha escrito sin tapujos sobre las homosexualidades masculinas y femeninas, las generaciones de los años 50 y 60, las que estuvieron al frente de la generación que luchó por la liberación sexual en Estados Unidos, desconocían en gran parte, con la excepción de Ginsberg, esa saga de su vida. Tal vez ahora lo podamos ver como un precursor».
Homofobia
¿Quiénes mataron a García Lorca? El documental Lorca. El mar deja de moverse, de Emilio R. Barrachina, desvela que la muerte del célebre escritor “nació en el seno familiar”. Ahí se afirma que Juan Luis Trescastros Medina, casado con una prima lejana del padre del poeta y dramaturgo, sería el autor material de su muerte. “Fue quien, después del asesinato, fue contando por ahí que le había metido dos balas en el culo por maricón”, dijo el hispanista Ian Gibson, uno de los historiadores que más profundamente ha investigado este episodio. El documental acredita que la homofobia, “como componente político”, es también “una de las causas de la muerte del poeta. Siempre se ha tratado de tapar su homosexualidad, incluso por parte de la izquierda, porque un mártir de izquierda no podía ser homosexual”, dice Barrachina. Los orígenes del asesinato estarían fundamentados en las rencillas entre los García Rodríguez, los Roldán y los Alba, las grandes familias de caciques de la Vega de Granada que mantenían viejas rencillas, incluidas discusiones por repartos de tierras compradas a medias, a las que sumaron sus distintas tendencias y ambiciones políticas. O sea, que un cóctel de odio, política y homofobia, se habría conjugado en una tragedia de la que ahora se cumplen 80 años. Barrachina dijo que se necesitaron dos años y medio de trabajos para realizar este filme, basado en las investigaciones desveladoras realizadas por Gibson, Miguel Caballero y Pilar Góngora. En este documental están las palabras de 25 personas y las de Rafael Amargo, quien declara que a Lorca lo mataron sus primos. “El run, run popular de que los familiares eran los instigadores, ahora se confirma”, dice.
E.A. Moreno-Uribe