Cansados y desesperanzados”, así aseguran sentirse los habitantes del sector El Pardillal, ubicado en Lagunetica. El motivo es la carente respuesta de parte de las autoridades gubernamentales ante los diversos problemas que los aquejan día tras día.
Seis años tiene uno de los derrumbes más importantes de la zona. El imponente barranco va empeorando con el pasar de los meses y con las fuertes precipitaciones, poniendo así en peligro la estabilidad de las viviendas cercanas.
“Se han hechos infinitos llamados a la alcaldía pero no han dado una respuesta concreta”, manifestó Víctor Fuentes, lugareño.
Expresó que esta es una gran problemática ya que pone en riesgo mortal a muchas familias de la localidad.
Las fallas de borde y los colapsos de fragmentos de las vías son de lo más frecuente en el sitio. Algunos alegan que la falta de un mantenimiento adecuado es una de las causas principales.
Asimismo, los huecos en el asfalto y las inmensas grietas se abren paso por las carreteras logrando dificultar la entrada a la comunidad. El precario asfaltado influye incluso en la cantidad de unidades de transporte público que cubren la ruta hacia el lugar.
“Muchos carritos por puesto prefieren no adentrarse para acá gracias al estado de las vías”, comentó.
Sostuvo que los transportistas no quieren perjudicar sus vehículos debido a los altos costos de los repuestos.
“Esta comunidad necesita una mejora para el asfaltado urgentemente”, aseveró.
El alumbrado también es otro de los factores limitantes para la tranquilidad de estos preocupados vecinos. Estos alegan que debido a los postes dañados el sector durante la noche es una “boca de lobo.”
A partir de las 6:00 pm los residentes de este sitio comienzan a resguardarse en sus viviendas. Muchos tildan esta acción como un “toque de queda” provocado por el miedo, ya que para la mayoría la oscuridad que cubre al sector es sinónimo de inseguridad.
“La falta de alumbrado público les facilita a los delincuentes lograr su cometido”, explicó Jaime Suárez, vecino, quien además aseveró que el patrullaje policial en la zona ha ido disminuyendo con el pasar del tiempo.
Más de una semana ha pasado desde la última vez que los vecinos de El Pardillal vieron agua salir de las tuberías. Esta situación se ha venido agravando desde hace meses y ha dejado como consecuencia el descontento de los pobladores.
“A veces pasa más tiempo y nada; es una situación insoportable”, mencionó Deyla Jacobo.
Dio a conocer que tanto ella como otros habitantes se han visto obligados a emplear el ingenio para calmar sus necesidades.
“Llenamos perolitos para estar preparados”, explicó.
De esta forma, solicitó la presencia de Hidrocapital para solventar la crisis que están atravesando por la falta de agua.