La primera parlamentaria estadounidense de confesión musulmana y de origen somalí denunció en su página de Facebook haber sido blanco de una diatriba «de odio» e «islamofobia» por parte de un conductor de taxi en Washington.
Exrefugiada y con un hiyab que cubre su cabello, Ilhan Omar ganó el 8 de noviembre un escaño en la Cámara de Representantes del Estado de Minnesota, una novedad para Estados Unidos.
La parlamentaria contó que fue víctima de «provocaciones y amenazas» en su camino de vuelta al hotel después de haber participado de reuniones en la Casa Blanca, según publicó en su página de Facebook el miércoles por la noche.
«Subí a un taxi y fui blanco de las provocaciones y amenazas más rencorosas, maleducadas, islamofóbicas y sexistas jamás escuchadas», denunció.
«El conductor del taxi me acusó de (pertenecer al grupo) EI y me amenazó con sacarme el velo», continuó, utilizando las siglas del grupo yihadista Estado Islámico.
Omar relató que abandonó rápidamente el auto y agregó en la red social que tenía intenciones de denunciar el incidente ni bien volviera a Minneapolis. Explicó que prefería esperar ya que el conductor sabe donde reside en Washington.
«Todavía estoy impactada por este incidente y no puedo creer que haya gente con tanto atrevimiento como para demostrar su odio contra los musulmanes», explicó Omar, de 33 años, quien llegó a Estados Unidos cuando tenía 11 años con su familia y después de pasar cuatro años en campamentos de refugiados en Kenia.
Su victoria electoral sorprendió en el marco de una campaña presidencial particularmente virulenta lanzada por Donald Trump contra los musulmanes y los refugiados. El republicano ganaba la carrera hacia la Casa Blanca el mismo día que ella celebraba su propio logro.
En la última semana de campaña, Trump se había dirigido directamente a la comunidad somalí de Minnesota, estimando que era la responsable de las vicisitudes de este Estado en la frontera canadiense.
Cerca de un tercio de los refugiados somalíes instalados en suelo estadounidense viven en Minnesota. Según las últimas cifras disponibles, eran 25.000 en 2010.
El FBI anunció el mes pasado que los actos islamofóbicos aumentaron 67% en 2015, y alcanzaron su nivel más elevado luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos (257 crímenes y delitos islamofóbicos, contra 154 en 2014).
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