El parlamento surcoreano destituyó este viernes a la presidenta surcoreana, Park Geun-Hye, envuelta en un escándalo de corrupción que paralizó durante meses a su gobierno y provocó masivas manifestaciones.
La destitución, aprobada por 234 votos a favor y 56 en contra, transfiere inmediatamente los poderes de Park al primer ministro, a la espera del dictamen del Tribunal Constitucional, que debe ratificar o invalidar la decisión parlamentaria.
Ese dictamen puede tardar seis meses, durante los cuales Park puede permanecer en la residencia presidencial, la Casa Azul, lo que podría alargar la parálisis política.
«Tanto si están a favor como en contra, todos los diputados, así como el pueblo surcoreano, deben sentirse abatidos» declaró el presidente de la asamblea parlamentaria, Chung Se-Kyun.
La votación se celebró mientras centenares de personas en las afueras del parlamento gritaban «destituyan a Park».
«Espero que una tragedia de estas características en nuestra historia constitucional no se repita nunca más», añadió Chung.