Acertadamente, el primer mandatario venezolano no permitirá que canales de televisión extranjera le impongan la agenda mediática, es decir, no responderá a cada mentira, rumor o matriz de opinión generada en su contra
Si yo fuera abogado del presidente Nicolás Maduro, le aconsejaría manejar el «narco montaje de los sobrinos» de la misma manera constitucional y serena como hasta el presente lo ha hecho. No todo el mundo entiende esto y de allí este video de una famosa periodista de nombre Andrea Bernal (estrella del canal colombiano NTN24) que mientras me entrevistaba, repentinamente se enfureció en plena televisión internacional, en vivo, exigiendo que Maduro le responda a varios medios amarillistas que con ansias visibles lo quieren involucrar con el mencionado caso.
Ver impactante video viral en Youtube: Rabiosa! Periodista explota contra Maduro en TV https://t.co/jYWbr4cb90.
Acertadamente, el primer mandatario venezolano no permitirá que canales de televisión extranjera le impongan la agenda mediática, es decir, no responderá a cada mentira, rumor o matriz de opinión generada en su contra por el supuesto caso de unos venezolanos mal llamados «sobrinos», a quienes Estados Unidos acusa de tráfico de drogas y pretende vincular familiarmente con Maduro y la primera combatiente. Maduro debe hablar de lo que él cree más importante, a la hora y día que él crea, sin emplazamiento.
Lo cierto es que el gobierno de EE.UU. no ha cumplido su deber de remitir oficialmente las pruebas a Venezuela sobre este presunto caso de narcotráfico, para que nuestro Estado empiece a conocerlas y examinarlas. Por el contrario, hasta este momento, todo el proceso judicial se ha desarrollado dentro del marco legal gringo, sin considerar el Derecho Internacional que involucra a la comunidad de países y obviando el Derecho de nuestro país a recibir informe detallado del caso.
No vale la pena caer en la trampa de discutir detalles criminalísticos de un caso judicial contaminado de falsedad e inconstitucionalidad de principio a fin. Hasta hoy no hay razón jurídica para que Venezuela pueda darle valor o credibilidad a las actuaciones y sentencias de tribunales gringos, pues EE.UU. no reconoce a los tribunales criollos, ni acata las sentencias de la justicia internacional. En este contexto, propicio es recordar que en las relaciones internacionales prevalece un principio de reciprocidad, los yanquis le llaman «Tit for Tat» es decir, como tú me trates, así yo te trataré.
Dicho de otro modo, hay fundadas sospechas de un ingrediente político en esta historia de los sobrinos, pues un país extranjero intenta imponer su sistema de justicia nacional contra Venezuela sin solicitarle cooperación bilateral a nuestras autoridades y de ese modo dejar constancia suficiente de los reales acontecimientos del caso, mucho menos demostrar jurídicamente el supuesto delito de narcotráfico que se le señala a estos jóvenes de apellido Flores.
No cabe duda que varios dirigentes de la MUD creen que Venezuela es una colonia de EE.UU. y están dispuestos a asumir las posturas más indignas y vendepatrias con tal de quedar bien con el imperialismo estadounidense y procurar que desde el norte se les ayude a conquistar como sea la presidencia de Venezuela, sin importar el daño causado a toda la nación. Por ejemplo que se catalogue a Venezuela como un narco Estado, cuando en realidad este caso tiene fuertes características de un grosero narco montaje. No al terrorismo mediático. No al chantaje comunicacional. Con la verdad y la aplicación del Derecho Constitucional, venceremos.
«Maduro debe hablar de lo que él cree más importante, a la hora y día que él crea, sin emplazamiento…»
Jesús Silva R.
http://jesusmanuelsilva.blogspot.com