Numerosos venezolanos salieron muy temprano a hacer gigantescas colas en las sedes del Banco Central de Venezuela en Caracas y Maracaibo. En otras zonas, las protestas se salieron de control
Desesperados por el retiro intempestivo del mayor billete del país, miles de venezolanos formaban filas en el Banco Central para tratar infructuosamente de obtener efectivo y en ciudades del interior se desataron protestas y saqueos, en un nuevo capítulo de la severa crisis que les azota.
El presidente Nicolás Maduro mandó a sacar de circulación hace menos de una semana los billetes de 100 bolívares contra supuestas «mafias» en la frontera con Colombia y aseguró que se podría hacer el «canje» de esa denominación a partir de este viernes en las dos únicas sedes del Banco Central de Venezuela (BCV), en Caracas y Maracaibo.
Pero eso no ocurrió. «Esto es la peor locura que podían hacer en estos días antes de Navidad. Habría que poner a los del gobierno a hacer estas colas y que se queden sin billete», decía María Barbeira, una jubilada de 72 años.
Las autoridades tampoco distribuyeron a los bancos las nuevas monedas y billetes de hasta 20.000 bolívares, tal como había anunciado.
En la tarde, Maduro pidió «comprensión» a los venezolanos para que el proceso de transición «termine de salir bien».
«¿Que puede haber algunas dificultades mientras superamos esta situación? Era obligante, ineludible, inevitable, sacar de circulación los billetes de 100», manifestó el mandatario en un acto frente a la tumba del Libertador Simón Bolívar.
Sin saber qué pasó con los millones de monedas y billetes que el gobierno dijo que debían llegar al país a partir de esta semana, la desesperación se adueñó del país, donde la inflación de tres dígitos hace que se necesiten fajos de billetes para hacer una simple compra, y muchos alimentos y medicamentos están en grave escasez.
Los comercios solo aceptaban este viernes pagos con tarjeta o con los escasos billetes viejos de 10, 20 y 50 bolívares. Y la mayoría de cajeros automáticos no daban dinero, teniendo en cuenta que tres cuartas partes del efectivo que circulaba en el país era en billetes de 100 (0,15 dólares a la tasa oficial más alta).
¿Rectificación ante el caos?
En Maracaibo, grupos de personas que protestaban por la falta de efectivo en la sede del BCV chocaron con la policía en un intercambio de piedras y gases, y varios comercios de la ciudad cerraron ante multitudinarios intentos de saqueo.
También hubo saqueos a pequeños comercios y protestas en los estados Bolívar, Monagas, Anzoátegui y en Mérida y Táchira, este último en la frontera con Colombia, que está cerrada por orden presidencial hasta el domingo, igual que la de Brasil.
En Santa Bárbara, Barinas, medios locales reportaron que un grupo de personas trató de abrir a golpes un camión de transporte de dinero y que los conductores habrían disparado a la multitud, dejando cuatro heridos.
«Denunciamos ante el mundo que el pueblo venezolano ha sido sometido a una situación de caos inducido desde el gobierno», declaró la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en un comunicado en el que pidió al Ejecutivo «rectificar».
«Lo mínimo que pueden hacer estos ineptos del gobierno es dar una prórroga» para el depósito de billetes en agencias bancarias, dijo el líder opositor Henrique Capriles.
«Sin comida… ni billetes»
Celebrando el «exitoso» retiro del billete de 100, que se tradujo en 72 horas de largas colas en las agencias bancarias, Maduro redujo de 10 a 5 días el tiempo para canjear en el BCV los que aún quedaran, aumentando el nerviosismo de la población.
Ríos de personas esperaban turno en la sede de Caracas, bajo fuerte custodia de militares. Nadie podía creer que el BCV no tuviera efectivo y solo hiciera depósitos electrónicos a las cuentas de los solicitantes.
«¡Esto es el mundo al revés! Si normalmente no hay comida, ahora resulta que ya no hay ni billetes para comprar», dijo a la AFP Jesús García, un vendedor informal de 21 años que llegó a las cuatro de la madrugada al banco.
«¿Por qué no dolarizan el país? ¡Esto no sirve!», gritaba en la cola Anais Ríos, otra vendedora ambulante que depende del efectivo para trabajar.
Que el BCV no tuviera los nuevos billetes era más complicado aún para quienes no poseen cuenta bancaria, como Pedro Jose Oviedo, electricista de 70 años que cargaba una bolsa de plástico con sus ahorros en billetes de 100, desafiando la inseguridad en las calles caraqueñas.
El BCV daba a esas personas ‘bouchers especiales’, que deben canjearse luego en agencia bancarias, aunque ahí no haya dinero ahora.
«Estas son las medidas más absurdas que he visto nunca, pero aquí nos tenemos que quedar… A ver que día amanece uno frío (muerto)», decía el anciano.
Analistas tratan de poner luz a los efectos de esta insólita situación, que ya hizo bajar casi a la mitad la cotización del llamado dólar paralelo, que muchos empresarios usan para las importaciones para sortear el férreo control de cambio.
Carola Solé / AFP